Cada alcalde que pagó al narcotrafico es un cobarde, ahora que las fuerzas federales estan retomando la vida a su normalidad, si es que se puede ser normal bajo la zozobra de un gobierno endeudado hasta las cachas, con un vacio de poder profundo y una inseguridad si bien ya no violenta en las calles pero si de extorsiones y secuestros en las casas, el narcotrafico en Michoacán sigue siendo la ley del monte.
Los alcaldes que coperaron con Los Caballeros Templarios, lo único que consiguieron fue fortalecerlos.
Y que les quede muy en claro, olvidaron su obligación, que era denunciarlos o renunciar, pero eso si, como querian seguir mamando de la ubre del presupuesto pues prefieron coperar con el crimen organizado.
Prefirieron volverse colaboradores y deben ser llevados ante la justicia.
Son cómplices. Y nadie debe olvidarlo.