Astrónomos de la Universidad de Ohio descubrieron por primera vez una supernova oculta dentro de una gigante nube de polvo creada por la muerte de la estrella, que se cree eran frecuentes en la edad temprana del Universo.
Los científicos hicieron el hallazgo gracias a los datos del telescopio espacial Spitzer que opera la agencia espacial estadounidense (NASA).
Los resultados del análisis de la información del Spitzer se publicaron en un artículo en la revista Astrophysical Journal .
De acuerdo con el laboratorio de propulsión de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés) las imágenes aluden a lo que veríamos si la estrella más brillante del sistema la Vía Láctea explotara.
Los astrónomos estaban buscando datos de los denominados núcleos galácticos activos (AGN) en agujero negros supermasivos en el centro de las galaxias cuando encontraron la supernova.
En particular, los astrónomos investigaban los puntos calientes que varían de la temperatura, ya que podría proporcionar la evidencia de los cambios en la forma en que el material fue cayendo en el agujero negro.
Durante el monitoreo encontraron una galaxia a unos 3 millones de años luz de la Tierra que no coincidía con el calor típico de un AGN.
El espectro visible de la luz procedente de la galaxia no hacia evidente la presencia de un AGN. Además el calor que emanaba se desvaneció a principios de marzo de 2008, por lo que se daban indicios de que era una supernova; hecho que comprobaron con las observaciones del telescopio Keck de Hawai.
“Durante seis meses, liberó más energía que la que nuestro Sol podría producir en toda su vida”, dijo Szymon Kozlowski, investigador de la Universidad de Ohio.
Sin embargo la energía y la luz se disiparon en una nube de polvo, algo nunca antes visto, que se explica sólo si la estrella que murió era al menos 50 veces más masiva que nuestro Sol por lo que arrojó una enorme cantidad de polvo en su proceso de muerte. a.
“Esta estrella debió haber tenido por lo menos dos expulsiones de polvo, al menos una de unos 300 años antes de la supernova, y otra de al menos cuatro años antes. El polvo y el gas de las dos expulsiones se mantuvo alrededor de la estrella, cada uno en una cáscara ampliandose lentamente. La cubierta interior – la de hace cuatro años – estaría muy cerca de la estrella, mientras que la cáscara externa de hace 300 años estaría mucho más lejana”, dijo Christopher Kochanek investigador a cargo del proyecto