Se ha venido viendo una serie de decisiones de parte del presidente Enrique Peña Nieto que ponen nervioso a más de uno. Hace un par de días, el propio presidente Enrique Peña Nieto tomó una decisión que puso nervioso a más de uno de sus colaboradores ya que no sabían si había siquiera garantías mínimas de seguridad. No fue consultado ninguno de los asesores del Estado Mayor Presidencial y sudaban manos por donde fuera.
Sin previo aviso y en Apatzingán, el corazón de Tierra Caliente, el presidente Enrique Peña Nieto dio la orden de visitar un comedor comunitario de la Cruzada Nacional contra el Hambre. Se había programado uno, pero él buscó otro.
Hay que decirlo, Enrique Peña Nieto no había avisado de ir al comedor, pero si estaba planeado, ya que ver a las cocineras estaban perfectamente bien vestidas y todos estaban contentos de ver al presidente.
Lo que sí parece que nadie midió fue que el convoy presidencial transitó por brechas, veredas, atravesó un pequeño arroyo y llegó al comedor. Ahí, en la comunidad de Chiquihuitillo, se acercó a la gente y comió un poco del mismo alimento que en ese momento tenía un puñado de niños, niñas, ancianos y mujeres.
¿El cambio de comedor fue planeado? ¿Pensado? Hay varias preguntas pero una fuente cercana de seguridad habla de que Enrique Peña Nieto corrió un riesgo controlado, pero innecesario.