Toda la vida había tenido claras dos cosas: que me gustaría ser madre y que no sería capaz de abortar. Me gustaría saber qué porcentaje de nosotros fue un bebé no planeado y sigue sin saberlo. No es mi caso. Siempre fui muy consciente de que mi existencia se debe a un traspiés.
Quiero aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a la nula educación sexual de la época, sin la cual no estaría escribiendo esto. Esa conciencia de bebé no planeado me llevó a pensar que, si a mí no me abortaron, yo tampoco podría abortar y de paso a ser extremadamente cuidadosa en mis relaciones sexuales.
Pero en la vida no todo sale como planeamos y a menudo nos encontramos en situaciones en las que pensábamos que jamás nos encontraríamos.
Tener la necesidad de abortar, sorpresa, tuviste el valor de tener relaciones sexuales pero no de hacerte responsable de tus actos, no somos nadie para juzgar pero piensa algo, es una decision que te acompañara toda la vida y aunque te venga valiendo un reverendo cacahuate, te debes hacer responsable de tus actos y aunque ya este tolerado socialmente hablando y te digan que nadie debe decidir por ti, los espanta cigueñas siguen siendo peligrosos en nuestro pais.
Suerte con tu decision, al menos piensa que todas las cosas que hagas si no eres capaz de contarselo a tus amigos o tus padres, quiza y sea mejor de no hacerlo.