Los equipos de ayuda se encontraron con un paisaje arrasado y escenas de destrucción generalizada a su llegada a islas remotas del archipiélago de Vanuatu tras varios días intentando visitar las zonas del pequeño archipiélago del Pacífico Sur más golpeadas por un potente ciclón.
Las comunicaciones por radio y teléfono entre las islas que forman la nación Vanuatu del Pacífico Sur estaban empezando a restablecerse, pero seguían en gran parte inoperativas tres días después de que el potente tifón Pam tocase tierra en el país.
Aviones militares australianos que realizaron vuelos de reconocimiento sobre las islas de Vanuatu periféricas hallaron daños significativos, especialmente en la isla Tanna, donde parecía que más del 80% de las viviendas y otros edificios estaban parcial o completamente destruidos, dijo la ministra de Exteriores, Julie Bishop.
“Entendemos que las imágenes de reconocimiento muestran una amplia devastación”, apuntó Bishop. “No solo hay edificios aplastados – también plantaciones de palma, árboles. Es una visión bastante devastadora”.
Equipos de rescatistas y de funcionarios del gobierno que llevaban suministros médicos y sanitarios, agua, alimentos y materiales para refugios lograron aterrizar en Tanna y la vecina Erromango el martes por la tarde, dijo Colin Collett van Rooyen, director de Oxfam para Vanuatu. Las dos islas estaban en la trayectoria de la tormenta, que barrió el país el sábado por la mañana con vientos de hasta 270 kilómetros (168 millas) por hora.
La destrucción en Tanna era significativamente peor que en la capital de la nación, Port Vila, donde el ciclón Pam destruyó o dañó el 90% de los edificios, dijo Tom Perry, portavoz de CARE Australia.
“El aeropuerto está gravemente dañado, el hospital está gravemente dañado pero sigue funcionando (…) hay un médico allí en este momento”, dijo. “Obviamente es una situación muy difícil”.
La Oficina para la Coordinación de Acciones Humanitarias de Naciones Unidas dijo que había 11 muertes confirmadas, incluyendo cinco personas en la isla Tanna, rebajando la cifra de víctimas desde las 24 reportados anteriormente tras darse cuenta de que algunas habían sido contadas dos veces. Funcionarios de la Oficina Nacional de Gestión de Desastres dijo que no había cifras exactas sobre el número de fallecidos y las organizaciones de ayuda apuntaron cantidades variables.
La confusión sobre el número de víctimas refleja la dificultad a la que se enfrentan los funcionarios mientras tratan de gestionar un desastre que se extendió por islas remotas en medio de un apagón de las comunicaciones casi total.
“Vanuatu es un lugar difícil en sus mejores momentos, en cuanto a desplazamientos y logística”, explicó Perry. “Por lo que una situación así es bastante dura”.
Trabajadores humanitarios llevan días luchando contra el mal tiempo y los problemas para comunicarse, dos factores que frenan sus esfuerzos para alcanzar las islas más alejadas del archipielago de Vanuatu. Una tregua en las condiciones climáticas el martes les dio la oportunidad de volver a intentarlo, aunque el acceso parece complicado. La mayoría de las islas no tienen aeropuerto y cuentan solo con pequeñas pistas de aterrizaje que son complicadas de alcanzar para grandes aviones de abastecimiento.
“Hay más de 80 islas que forman Vanuatu y en un buen día soleado fuera de la temporada de ciclones es difícil acceder a muchas de ellas”, dijo Colin Collett Van Rooyen, director de Oxfam para Vanuatu. “Hasta hoy, el tiempo ha estado especialmente nublado, por lo que los vuelos de reconocimiento han tenido problemas para obtener buenas imágenes”.
Está previsto que los equipos desplazados a Tanna y Erromango se reúnan con responsables locales de gestión de desastres y realicen una evaluación de los daños, dijo Rhodes Stampa, coordinador de desastres para la gestión de ayuda humanitaria de la ONU.
Algunas de las islas empezaron a recuperar las redes telefónicas y equipos técnicos están en camino para restablecer las comunicaciones de datos y voz por satélite. Funcionarios esperan volver a tener contacto con las islas en 48 horas, añadió Stampa.
Fotos de las islas tomadas por equipos a bordo de aviones militares de vigilancia de Australia, Nueva Zelanda y Nueva Caledonia estaban siendo analizadas por responsables en la capital del archipiélago, Port Vila. La información ayudará a los funcionarios a llevar ayuda a las zonas más afectadas, dijo Stampa.
Van Rooyen habló con otro cooperante que había logrado aterrizar en Tanna.
“Su descripción en dos palabras es `total devastación'”, dijo Van Rooyen.
Mientras, el presidente de Vanuatu, Baldwin Lonsdale, se apresuró a regresar a un país que, según advirtió en numerosas ocasiones, sufre ya los importantes efectos del cambio climático con zonas costeras que están desapareciendo.
Visiblemente agotado y con los ojos enrojecidos por no dormir, Baldwin Lonsdale dijo en una entrevista con The Associated Press el lunes que el paso del ciclón Pam destruyó o dañó 90% de los inmuebles en la capital, Port Vila. El mandatario fue entrevistado en Sendai, en el extremo noreste de Japón, donde asistía a una conferencia de Naciones Unidas sobre desastres mientras el tifón de categoría 5 tocaba tierra en su país. Su llegada a Vanuatu se esperaba para el martes.
“Este fue un ciclón muy devastador en Vanuatu. Lo describiría como un monstruo, un monstruo. Asestó un revés al gobierno y al pueblo de Vanuatu. Todo desarrollo alcanzado se ha reducido a cero”, apuntó.
Vanuatu tiene 267.000 habitantes de los cuales 47.000 viven en la capital.
La Oficina para la Coordinación de Acciones Humanitarias de la ONU dijo que 3.300 personas se encuentran refugiadas en 37 centros en la isla principal del archipiélago, Efate y en las provincias de Torba y Penama.
En la capital, residentes iniciaron ya las tareas para reconstruir sus viviendas, y en las calles volvían a oírse risas.
“Hoy hay un verdadero sentimiento de `vamos a por ello'”, dijo Perry, de CARE Australia. “La gente es muy positiva. No hay gente que se quede sentada mirando al cielo o cosas así”.