El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, visita este fin de semana Cuba para insistir en su propósito de normalizar las relaciones de Madrid y Bruselas con el Gobierno que preside el general Raúl Castro, a pocos meses de la Presidencia española de la Unión Europea (UE) .
De la visita no se esperan novedades, ni firmas de acuerdos, y apenas es polémica porque de nuevo Moratinos eludirá a la disidencia interna de la isla, cuyos representantes ya lo daban por descontado.
En la agenda figura una eventual visita a Cuba del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que el ministro anunció en 2008 para este año, pero es casi imposible que se concrete antes de que acabe la Presidencia española de la UE en junio de 2010, dijeron a Efe fuentes diplomáticas.
La deuda de 2 mil millones de euros con España, con 700 millones vencidos y acuerdos de refinanciación no honrados por La Habana, también está en agenda, así como los atrasos en pagos a empresas ibéricas por la angustiosa falta de liquidez de Cuba, pero tampoco en estas áreas se esperan avances durante la visita.
El único país de América que se dice comunista padece una severa recesión por las pérdidas que causaron tres huracanes en 2008, la crisis internacional, el bloqueo económico estadounidense, la caída de las exportaciones, el aumento del costo de las importaciones y la ineficacia de su sistema productivo, entre otros factores.
En 2007, después de que Fidel Castro enfermara y cediera el mando a su hermano Raúl, había esperanzas de cambios y reformas que no se han concretado, y desde entonces, además, han sido expulsados del Gobierno varios de los principales interlocutores del ministro, como el anterior canciller, Felipe Pérez Roque.
La agenda incluye entrevistas el lunes con los ministros cubanos de Exteriores, Bruno Rodríguez, y de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, y no se descarta que también lo reciban el general Castro y su antecesor y hermano mayor, Fidel.
Este domingo tiene un “programa privado” que empieza con una visita al casco colonial de La Habana Vieja, guiada por el historiador oficial de ciudad (especie de alcalde de esa zona que se está rehabilitando con ayuda española) , Eusebio Leal, y varias entrevistas a las que no tendrá acceso la prensa.
A primera hora del lunes colocará la preceptiva ofrenda floral en la Plaza de la Revolución al prócer independentista cubano José Martí y después inaugurará la nueva oficina de la cooperación española en la isla.
Esa oficina coordina proyectos que en 2009 llegarán a 34 millones de euros, el doble de 2007, cuando Moratinos visitó por primera vez Cuba para normalizar los lazos, rompiendo la política europea de sancionar diplomáticamente al Gobierno de La Habana a raíz de graves violaciones de los derechos humanos en 2003.
En aquella ocasión fue criticado por la disidencia cubana, a la que tampoco vio entonces, y por la oposición conservadora española, y ambas han repetido ahora sus quejas porque no ven ninguna mejoría sobre derechos humanos ni democracia desde entonces.
Moratinos propugna que la UE abandone la “posición común” hacia Cuba adoptada en 2003, por considerar que no ha sido efectiva y que es mejor tener canales institucionales para plantear todos los asuntos, incluidos los derechos humanos, de los que hablará durante la visita, dijeron fuentes diplomáticas españolas.
Tras la reunión oficial de las dos delegaciones en la Cancillería cubana el lunes, Rodríguez ofrecerá un almuerzo a Moratinos y este devolverá el brindis en una cena en la residencia del embajador español, Manuel Cacho, poco antes de regresar a Madrid.
Con Moratinos llegaron a la Habana el secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia; su jefe de gabinete, Agustín Santos, el director general de Comunicación, Julio Albi, y el director de Política Exterior, Alfonso Lucini