Las fuerzas iraquíes estrechaban este martes el cerco en torno a Faluya, en manos de la organización Estado Islámico (EI), que impide a los civiles salir de la ciudad.
La reconquista de este emblemático baluarte yihadista, situado a apenas 50 kilómetros de Bagdad, parece inevitable dada la serie de reveses sufridos por el EI en los últimos meses. Pero el grupo, que controla amplios territorios en Siria e Irak, demostró el lunes que sigue teniendo una gran capacidad operativa, con una ristra de atentados bomba que dejaron más de 150 muertos en bastiones del régimen sirio.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, anunció este martes, cuando aún no había pasado un día desde el inicio de la ofensiva, que las fuerzas gubernamentales habían tomado Garma, una de las últimas localidades que permiten a Faluya mantener un contacto con el exterior. “Las fuerzas federales avanzaron por la mañana temprano hacia el este de Faluya, desde tres direcciones”, dijo un teniente general de la policía, Read Shakir Jawdat.
Los aviones iraquíes y de la coalición de países árabes y occidentales, liderada por Estados Unidos, bombardearon Faluya en los últimos días, en apoyo a la operación.
La coalición inició sus ataques contra posiciones del EI en Siria e Irak a mediados de 2014, después de que el grupo proclamara la fundación de un “califato” a caballo entre ambos países. La organización paramilitar Hashed al Shaabi, formada principalmente por milicias chiíes proiraníes, informaron por su parte de que habían ganado terreno al sur de la ciudad.