El grupo extremista Estado Islámico (EI) se atribuyó hoy la responsabilidad del atentado explosivo en el que murió esta mañana el gobernador de la provincia meridional yemenita de Aden, Jaafar Mohammed Saad.
En un comunicado, la filial del grupo islamitas radical en Yemen aseguró que detonó un coche cargado de explosivos cuando pasaba por ese sitio el convoy del Mohammed Saad en dirección a su oficina en el distrito occidental de Tawahi, en Aden.
El gobernador se dirigía esta mañana a su oficina en un convoy cuando de repente fue interceptado por un ataque explosivo en la zona de Rimbaud, junto con seis guardaespaldas, quienes también perdieron la vida.
En su declaración, difundida a varios medios internacionales a través de un servicio de mensajería instantánea, el EI destacó que la bomba estaba oculta en un automóvil estacionado a lo largo de la ruta del convoy, según un reporte de la cadena árabe Al Arabiya.
El grupo que tiene bajo su control amplias zonas de Siria e Irak se refirió a Saad como un “tirano” y advirtió a los “cabezas de los infieles” en Yemen que llevaría a cabo “operaciones para cortar sus cabezas podridas”.
Saad había sido un general del ejército del sur del antiguo Yemen antes de que el Estado marxista se fusionará con el norte en 1990 y fue nombrado gobernador de Aden apenas en octubre pasado, luego de que el gobierno del Abd Rabbah Mansur Hadi regresó al país.
El fallecido gobernador, que también luchó en la guerra civil de 1994 en contra de las fuerzas norteñas, había vivido en el exilio en Egipto y Reino Unido antes de su regreso a principios de este año a petición de Hadi.
El EI, surgido en 2003 como una rama de la red Al Qaeda, aunque después se separó y tomó el control de amplias zonas de Siria e Irak, donde estableció un califato, se ha responsabilizado de otros atentados en Yemen.
Además, los extremistas han sido capaces de ampliar su alcance en el caos de un conflicto más grande de Yemen, entre las fuerzas pro gubernamentales y los rebeldes chiitas Houthi, que controlan la capital, Saná, y grandes partes del norte de Yemen.
El atentado contra el gobernador de Aden fue condenado por el ministro de Relaciones Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Anwar Gargash, quien lo calificó como un “crímen”, según un reporte de la agencia estatal emiratí de noticias WAM.
“Es un crimen que no restará firmeza a nuestra decisión conjunta de devolverle seguridad y estabilidad a Yemen”, señaló el canciller emiratí.
La República de Yemen ha permanecido sumida en el caos desde septiembre de 2014, cuando las tropas rebeldes tomaron el control de la sede del gobierno, el aeropuerto, escuelas y varios edificios público de Saná, obligando al presidente Hadi a huir a Arabia Saudita.
El 26 de marzo pasado, a petición del mandatario yemenita, una coalición de nueve países árabes, liderada por Arabia Saudita, lanzó una ofensiva militar contra la milicia rebelde Houthi, en busca de restablecer al presidente en el poder de Yemen.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al menos 32 mil 200 personas han muerto en Yemen desde que comenzó el conflicto armado el 28 de septiembre de 2014, más de siete mil 500 de ellos civiles, mientras que al menos 21 millones necesitan ayuda humanitaria urgente.