No recuerdo donde leí eso de que la mente humana es de las más fascinantes del universo, lo mismo creaba enternecedores sueños y maravillosas acciones como nefastas pesadillas y armas de destrucción masiva, de hecho y a fuerza de ser veraz, no se siquiera lo leí en alguna parte o quizá mi mente inquieta lo creó para dar pie a muchas interminables platicas sin quererme dar un poco de crédito.
No se.
Lo que si se es que es que el Estado Islámico ha hecho cada barbaridad que solo se puede explicar viendo sus felonías a la población civil. En el arte de la guerra y de guerrear, no todo se vale, aunque muchos crean que si, los ataques a la población civil son crímenes de estado, crímenes de guerra y hasta crímenes de lesa humanidad, el Estado Islámico los hace para amedrentar a los demás. Hoy se da a conocer a través de una agencia informativa que el Estado Islámico vende niñas y se dedica a la trata de blancos con infantes.
‘Virgen. Hermosa. De 12 años’, así describe el Estado Islámico la mercancía que en este caso es una niña de un territorio ocupado.
El negocio ha llegado, si el Estado Islámico así las trafica, di así las vende las niñas por WhatsApp, sume usted a la escalada de violencia y terror lo que vienen haciendo.
Sencillamente terrible.
Pero la guerra es la encarada de irnos mostrando que lo que pudimos haber crecido y quizá aprendido como sociedad a través de la historia, lo podemos olvidar siendo animales de la peor salea, mas viles y bajos ya que no perseguimos ideales sino queremos imponer, conquistando territorios y personas, matando por convicciones religiosas pero que en más de una ocasión esta situación y coyuntura nos ha mostrado que solo exacerba los ánimos y ciega las razones entre los individuos.
El Estado Islámico es esa pesadilla que nos acompaña a la humanidad como recurrente de una borrachera de poder.