Las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aceptaron el martes haber matado el mes pasado al gobernador departamental de Caquetá Luis Francisco Cuéllar horas después de secuestrarlo. Un comunicado firmado por las FARC y publicado el martes por la agencia ANNCOL, que suele difundir informes de esa guerrilla, señaló que “el objetivo de la retención (secuestro de Cuéllar) no era ajusticiarlo ni hacerle exigencias económicas, sino realizarle un juicio político por corrupto”.
Cuéllar fue secuestrado la noche del 21 de diciembre por un comando de hombres con uniformes verde militar de su residencia en Florencia, capital de Caquetá ubicada a unos 380 kilómetros al suroeste de Bogotá. Al día siguiente fue encontrado degollado a unos kilómetros de esa ciudad. El presidente Alvaro Uribe, quien desde el comienzo atribuyó el secuestro a las FARC, había desplegado un vasto operativo armado para rescatar al gobernador y ordenó a las fuerzas armadas que también busquen liberar a una veintena de militares y policías cautivos por el grupo guerrillero.
La comunicación del grupo rebelde, fechada el 24 de diciembre y firmada por el Bloque Sur de las FARC, sostuvo que el “indeseado y trágico desenlace (del secuestro) es consecuencia directa de la orden impartida por Alvaro Uribe a las fuerzas militares del rescate a sangre y fuego” de los rehenes.
La orden fue impartida por Uribe a los militares al día siguiente del secuestro de Cuéllar, de 69 años, y los forenses dijeron que la muerte del político había ocurrido apenas unas horas después de la hora en que se lo habían llevado.
El gobernado y su esposa habían sido secuestrados un puñado de veces por las FARC aparentemente para cobrar sumas de dinero.
En el comunicado, la guerrilla reiteró su intención de liberar unilateralmente al cabo Pablo Emilio Moncayo y al soldado Josué Daniel Calvo, dos de sus rehenes.