En una fría noche primaveral la Casa del Deporte en Chillán albergó el VIII Festival de música ranchera, organizado por la Escuela México de dicha ciudad, distante 405 kilómetros al sur de la capital Santiago.
Un gimnasio que en su interior se llenaba de emoción, nervios y ansiedad de niños y jóvenes entre ocho y dieciocho años, que aguardaban pacientemente a un costado del escenario principal, en el que Yara Pulido, “La voz de México”, y un presentador local llamaban uno por uno para que cada joven hiciera su presentación.
Afuera las familias de los participantes del certamen, adentro los gorros charros, los gritos, los mariachis, los burritos y el tricolor colmaban la Casa del Deporte, que mirada desde cualquier lugar parecía que un trozo de México había recalado en el sur chileno.
Los más chiquitos preguntaban a los productores impacientemente cuándo era su turno de subir al escenario. “Dos minutos más”, les respondía el productor, el mismo que veía la cara de emoción de los participantes cuando les daba la mano para llevarlos a la escalinata que los llevaba a escena.
La competencia era dura, cinco participantes en cada una de las tres categorías buscaban quedarse con el premio de mejor cantante de rancheras del Festival chillanejo.
Era el turno de Ayleen González, de las participantes más chiquitas, y a la vez la más confiada, con ocho años ganó la categoría ‘primer ciclo’ y comentó después de su presentación que sabía que era “la que mejor cantaba entre todas”.
La canción escogida fue “No volveré”, original de Antonio Aguilar, su rostro de nerviosismo no demostraba la confianza que luego nos comentó, pero se paró en el escenario con un desplante que hasta el mismísimo Pedro Fernández se lo hubiese querido a los ocho años.
En algún lugar tras el escenario, se alcanza a ver a su familia que durante toda la presentación no hizo más que echarle porras a la pequeña.
Porras que no fueron necesarias porque solo bastó que entonara la primera estrofa para que todos los que repletaban el recinto, se rindieran a los pies de esta pequeñita, que tiene voz y frescura escénica de una experimentada artista.
Mucha gente se pregunta por qué es tanto el gusto por la música mexicana en Chile. Isaac Olave, ganador de la categoría ‘enseñanza medía’, y Joaquín Caro, ganador del ‘segundo ciclo’, concuerdan que “desde pequeños que escuchamos música mexicana, todas las radios de San Carlos (localidad al interior de Chillán) tocan rancheras todo el día”.
Con esa explicación se logra inferir porque cuando Yara Pulido realizó su show, todo el recinto que albergó el Festival se vino abajo desde la galería hasta las personas que bailaron en la platea oficial, con autoridades incluidas.
Incluso para Yara sucede algo increíble con la música ranchera en Chile, asegura que “se siente un orgullo enorme, se me eriza la piel porque es impresionante ver como la música mexicana está tan arraigada acá”.
Gusto de los suramericanos por las rancheras, los mariachis y por la “dieta T” que no tiene ningún atisbo de desaparecer, por el contrario la directora de la Escuela México en Chillán, Hilda Palma, reveló que ya se está planeando la novena edición de este festival.
“Viene el noveno Festival, cada vez con más fuerza. Esperamos conversar con la embajada para que el resto de las Escuelas México (en Chile hay un total de 10 escuelas con ese nombre) vengan, y representar la identidad del folclor chileno-mexicano que tenemos”, comentó Palma.
Terminado el concurso, Ayleen se fundió en un cariñoso abrazo con sus padres y su abuela que orgullosos comentaban en los pasillos: “sí, ella es Ayleen, la ganadora del festival ranchero”.