Tren Maya utilizará diésel para su funcionamiento, lo que provocará un serio problema porque la industria petrolera no produce, ni generará a partir de que tome vías férreas en 2023 el suficiente combustible de este tipo y menos de Ultra Bajo Contenido de Azufre (UBA) para reducir contaminación.
De acuerdo con información de la Secretaría de Energía (Sener), ni aun echando a andar la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco, México dispondrá de suficiente diésel para abastecer las necesidades de uno de los proyectos insignia de esta administración, lo que implica que el tren podría operar con combustible importado.
En el análisis costo-beneficio del Tren Maya del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) se argumenta que la alternativa del combustible que empleará se comparó un tren a diésel contra uno eléctrico y “se concluyó que el proyecto planteado sobre la base del diésel es menos costoso que el eléctrico en términos de Costo Anual Equivalente (CAE).
“El CAE de la alternativa eléctrica es 6.8% mayor a la alternativa del diésel… además de que la alternativa de tracción eléctrica requeriría de estudios detallados para asegurar la viabilidad para la conexión de los centros de carga, donde se señalan las posibles restricciones y obras que se requieren para mantener la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, ante el Cenace, lo cual puede generar retrasos”.
Aunque el análisis no especifica los volúmenes de diésel que empleará el Tren Maya en 2023.
Sin embargo, el concesionario que obtenga el contrato para su operación podrá elegir entre comprar diésel a Pemex o a privados —estos últimos tienen como principal fuente de suministro las refinerías de Estados Unidos.
“Vamos a inaugurar en 2023 el tren en los cinco tramos Palenque, Campeche, Yucatán, Cancún, Tulum; y en 2024 los dos tramos de Tulum-Carrillo Puerto-Escárcega, los que va a terminar el Ejército’’, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 1 de junio al dar el banderazo de inicio de la construcción del Tren Maya.
México no produce el suficiente diésel para cubrir la demanda interna, sobre todo transporte de carga y pasaje.
Datos de Pemex al primer cuatrimestre de 2020 muestran que la producción nacional de este combustible es de 113.7 mil barriles diarios —sólo 40% de lo que produce la petrolera estatal es calidad UBA— mientras que la demanda es de 216.6 mil barriles diarios, un déficit de 102.9 mil barriles diarios.
Para cubrir la demanda, Pemex y privados importaron 141.9 mil barriles diarios, más del doble de lo que se produce internamente.
En 2019, de acuerdo con la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Sener, 35% de las importaciones de diésel las hicieron privados.
El 65% de las compras externas restantes fueron de Pemex, que trajo diésel producido en China, Estados Unidos y Japón.
El problema se extiende más allá de 2023, porque de acuerdo con las proyecciones de la Prospectiva de Petróleo Crudo y Petrolíferos 2018-2032, se asegura que aun con la puesta en marcha de la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco, México va a seguir importando diésel en volúmenes anuales de 61.6 mil barriles diarios entre 2023 y 2032.
Se esperaba que Pemex pudiera ofrecer diésel UBA a partir de 2019, pero el 16 de enero de ese año y por sugerencia de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, la CRE extendió el plazo para que desde el 1 de enero de 2025 dispusiera de diésel limpio —con azufre de 15 miligramos por kilo—, ante la imposibilidad de que produjera ese combustible para cumplir la norma NOM-016-CRE-2016, Calidad de los Petrolíferos.