La policía de París empezó a evacuar el martes a cientos de migrantes de un campamento próximo a una importante estación de tren y una zona turística – una zona cada vez más abarrotada que se ha convertido en el símbolo de la lucha de Europa contra la oleada de inmigrantes.
Los migrantes, la mayoría procedentes del este de África, se embarcan en agónicos viajes para llegar a la capital francesa donde ahora se encuentran en un limbo legal, con pocas perspectivas de lograr asilo y escasas posibilidades de trabajo.
La ira por su presencia ha ido en aumento entre líderes locales y algunos residentes. En respuesta a esto, docenas de vehículos policiales y camiones de recogida de basura rodearon la zona el martes por la mañana, cerca de la famosa basílica del Sacre Coeur y cerca de la estación de tren Gare du Nord.
Los migrantes recogieron lentamente sus mantas y sus escasas pertenencias y se montaron en autocares. Llevaban meses viviendo cerca de las vías del tren Eurostar que une el país con Gran Bretaña, bajo una línea de metro elevada.
El destino de los migrantes no estuvo claro de inmediato. El trabajador social Bruno Morel, del grupo de ayuda Emmaus, dijo que algunos serían trasladados a centros para solicitantes de asilo.
Muchos inmigrantes dicen que esta no es la Europa que esperaban encontrarse – durmiendo al aire libre bajo el traqueteo de los vagones del metro, esperando a que se resuelvan sus peticiones de asilo.
La evacuación del asentamiento se produce mientras la Unión Europea busca mejores vías para gestionar la llegada masiva de migrantes, incluyendo un controvertido plan para repartir a quienes recalan en las costas del Mediterráneo entre los 28 países del bloque para aliviar la carga que soportan Italia y Grecia.