Francia no desea interferir en los asuntos chinos, pero Beijing debe mostrar más tolerancia por los valores democráticos del país europeo, afirmó el martes el primer ministro francés François Fillon en un viaje a la capital china para fortalecer los lazos debilitados por diferencias sobre el Tíbet.
Las relaciones se deterioraron el año pasado tras las caóticas protestas de los tibetanos exiliados y otros activistas durante el pasaje de la antorcha olímpica por París y después que el presidente francés Nicolas Sarkozy recibió y conversó con el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano exiliado.
Los vínculos han mejorado desde que Sarkozy y el presidente chino Hu Jintao se reunieron en cumbres internacionales en abril y septiembre y que el gobierno francés prometió rechazar la independencia tibetana “de cualquier forma”.
“Es cierto que ha habido algunos malentendidos entre China y Francia anteriormente… y los hemos aclarado. Ahora deseamos construir nuestra relación sobre la base del respeto mutuo”, dijo Fillon en respuesta a la pregunta de un estudiante en la Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Beijing, donde pronunció un discurso.
“China es un país grande que necesita resolver sus problemas por sí mismo. Está mal suponer que desde el exterior cambiaremos alguna parte de la vida de China”, afirmó.
“Del mismo modo”, prosiguió Fillon, “Francia es una democracia muy antigua y tenemos libertad de palabra y todos pueden expresarse como lo desean. Esta es nuestra tradición y el gobierno chino debería comprenderlo”.
En una conferencia de prensa posterior, el primer ministro francés dijo sentir que había logrado su objetivo de reencauzar las relaciones bilaterales.