Organizaciones defensoras de los derechos humanos y fuentes hospitalarias afirman que durante la marcha opositora de ayer murieron al menos 130 personas. Acusan a los militares de disparar a mansalva y de violar a las mujeres.
Según denuncian hoy organizaciones defensoras de los derechos humanos y fuentes hospitalarias, durante la marcha opositora de ayer al régimen militar de Guinea la represión terminó en una masacre y murieron al menos 130 personas.
Se calcula que unas 50.000 personas se manifestaron ayer en la capital, Conakry, contra la cúpula militar del país. Las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud y utilizaron porras y gas lacrimógeno, contaron testigos. Incluso, la denuncia afirma que los miembros de una unidad de elite violaron a las mujeres en plena calle.
Se trata de la peor carnicería cometida en un solo día desde hace un cuarto de siglo en este país del oeste de Africa, dirigido desde su independencia de Francia en 1958 por militares y donde el Ejército es regularmente acusado de graves represiones.
El gobierno francés calificó hoy lo sucedido de “masacre y grave violación de los derechos humanos” y cortó la ayuda militar a Guinea. A petición francesa, la Unión Europea evaluará mañana medidas complementarias.
También el Alto Representante de la UE para política exterior, Javier Solana, “condenó rotundamente” en un comunicado la sangrienta represión de la manifestación. Solana instó a las autoridades a liberar a los opositores detenidos, “ejercer la máxima moderación y garantizar una transición pacífica y democrática”.
No hay datos oficiales sobre la cifra de muertos y heridos. Las autoridades habían prohibido la manifestación. Un médico de un hospital en la capital, Conakry, dijo a la emisora británica BBC que la sala de urgencias del centro parecía un “matadero”.
“Han disparado directamente contra las personas. Han intentado matarnos”, dijo a la BBC el ex primer ministro Sidya Toure, que resultó herido por los disparos. Al menos dos líderes de la oposición, entre ellos Cellou Diallo, dirigente de la Unión de Fuerzas Democráticas de Guinea, fueron detenidos.
El líder de la junta militar, Moussa Camara, se esforzó hoy por mantener la calma: “No he asumido el poder para conducir a la nación a un enfrentamiento”, aseguró. La junta militar se hizo con el control del país mediante un golpe de Estado tras la muerte del presidente Lausana Conte