Mientras el diálogo para encontrar una solución a la crisis política sigue en el abismo, la actividad electoral entró en efervescencia el martes con miras a las elecciones del 29 de noviembre, que para la mayoría de los hondureños podrían convertirse en la puerta de salida. Las negociaciones entre las comisiones del presidente de facto Roberto Micheletti y del gobernante derrocado Manuel Zelaya culminaron sin éxitos hace cuatro días, al no llegarse a un acuerdo sobre la restitución del líder expulsado.
En medio del impasse, Estados Unidos enviará esta semana a Tegucigalpa a tres diplomáticos con el fin de impulsar el diálogo, informó el martes la embajada de Estados Unidos en un comunicado enviado a la AP. “La delegación tiene previsto reunirse con representantes de ambas partes para discutir las estrategias para impulsar hacia delante el proceso Guaymuras”, expresó la sede diplomática. “Se instará a ambos (en alusión a Zelaya y Micheletti) a mostrar flexibilidad y a que redoblen sus esfuerzos para que la crisis llegue a su fin”.
Esa misión estadounidense incluirá al secretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Tomas Shannon, el subsecretario Adjunto Principal para el Hemisferio Occidental, Craig Kelly y el Asistente Especial del Presidente y Director Principal para Asuntos del Hemisferio Occidental, Dan Restrepo. Las negociaciones quedaron trabadas en el punto de la restitución de Zelaya, específicamente sobre qué poder del Estado deberá avalar su retorno.
Zelaya insiste que sea el Congreso, ya que ese organismo hizo el decreto que le destituyó del cargo, mientras que Micheletti propone que sea la Corte Suprema de Justicia, que emitió una orden de captura contra el líder expulsado y ha opinado que éste no debe volver al poder. Víctor Meza, uno de los negociadores por el lado de Zelaya, dijo el martes por teléfono a la AP que “estamos a la espera de cualquiera otra propuesta que amerite relanzar el diálogo”, aunque él y uno de los líderes de la resistencia al golpe, el sindicalista Juan Barahona, coinciden en que el presidente derrocado debe regresar y culminar su periodo de cuatro años, el 27 de enero.
Micheletti reiteró el lunes su disposición a dejar el cargo si de la misma manera Zelaya desistía en la restitución para dar lugar a un gobierno corto de transición o a una “tercería” en la sucesión de poder. El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, dijo el martes que “es una propuesta sana, que nos puede aliviar a todos grandes dolores de cabeza”.
Una encuesta de la CID-Gallup divulgada en el diario La Prensa de San Pedro Sula el martes destacó que un 73% de 1.420 hondureños consultados entre 13 y 19 de octubre consideró que de no realizarse los comicios de noviembre sería perjudicial para el país contra el 38% que opinó lo contrario y el resto que no respondió. Mientras que un 63% ve la solución en la llamada tercería o renuncia de Micheletti y Zelaya para que un tercero asuma transitoriamente, contra el 34% que piensa contrario y el resto que no respondió.
A los encuestados se les formuló una lista de preguntas sobre diversos temas sobre la crisis y de política. El martes, tras tres días seguidos de asueto, la actividad electoral se caldeó con la llegada a las bodegas del Tribunal Supremo Electoral de las primeras papeletas impresas para las elecciones, y con los principales candidatos –el opositor Porfirio Lobo y el oficialista Elvin Santos– en un debate ante un grupo de jóvenes en un hotel de la capital.
Lobo, del Partido Nacional, lidera las preferencias con una ventaja de 16 puntos sobre Santos, Liberal, indicó CID-Gallup, cuyo sondeo registró un margen de error de más o menos 2,8 puntos porcentuales. Como parte del proceso electoral, dentro de dos días las Fuerzas Armadas quedarán subordinadas a las autoridades electorales.
Mientras, la Resistencia al Golpe ha advertido que saboteará los comicios por considerar que fueron convocados por autoridades sin legitimidad en el país.