Una fundación argentina encargada de incentivar la democracia en América latina, presento una evaluación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia después de la liberación de Ingrid Betancourt.
Nada nuevo bajo el sol, sabíamos que, desde el momento en que vimos aparecer a la ex candidata a la presidencia colombiana, secuestrada en 2002 por la guerrilla, que el tiempo de las FARC, estaba contado.
Ya sea por el deponer las armas o por su estrepitosa caída que su beligerante forma de querer organizar “su vida”.
Pero, por ejemplo esta organización no gubernamental habla de que en su momento mas alto, cuando en la cumbre se encontraron, las FARC tenían un brazo armado de mas de siete mil soldados, hoy en día no deben pasar de mil.
Y esto, lo dice ya que entre deserciones y muertos, en el ultimo año la muerte de sus tres mas encumbrados lideres (uno muerto por su escolta para cobrar una millonaria recompensa, Raúl Reyes caído en el bombardeo del campamento en ecuador y “Tiro fijo” muerto hace unas semanas ya que su dieta no podía ser obedecida ya que el ejercito le fue cortando las líneas de suministro) y ahora la liberación de su poker de ases bajo la manga (Ingrid Betancourt y los tres contratistas norteamericanos) han mermado toda esperanza de mañana promisorio en su futuro.
Y es que según esta fundación, la muestra de éxito de la operación “jaque” a las FARC mostró, que el secretariado de la organización guerrillera no tenia el control de los secuestrados elite de la organización, así que era un punto tan vulnerable, que se pudo engañar de todo a todo a los custodios de los rehenes.
Ya no hay mando único e indivisible y estando en la selva sus problemas de comunicación se acentúan al grado de que cada grupo, cada frente tiene una “idea” muy personal de ver la situación conforme han sobrevivido los últimos meses.
En fin, la decisión esta en Alfonso Cano, nuevo líder de las FARC, negocia o, pronto vera mas derrotas en el plano militar.
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