El Grupo de Río (G-Río) desconoció a Roberto Micheletti como presidente interino de Honduras y dejó en claro que el único gobierno legítimo de ese país es el encabezado por José Manuel Zelaya Rosales.
Con el presidente Felipe Calderón como secretario pro-tempore, el G-Río instó a las fuerzas armadas hondureñas a que se subordinen a su comandante en jefe y presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Asimismo, acordaron crear una comisión de representantes presidenciales para investigar crímenes y violaciones a los derechos humanos por parte de los golpistas y pidieron a la Asamblea General de la OEA adoptar soluciones “drásticas” .
A su vez, el depuesto presidente de Honduras, José Manuel Zelaya, acusó que el golpe de Estado responde a la “voracidad” de los grupos que manejan al país y anunció que volverá a cumplir el mandato que la gente le dio en las urnas.
Al término de la cumbre del Sistema de Integración Centroamericana, el presidente de México, Felipe Calderón convocó a una sesión extraordinaria del G-Río para analizar la situación en Honduras tras el golpe de estado perpetrado en ese país.
El jefe de Estado mexicano dio la palabra a cada uno de los integrantes del G-Río, mientras su equipo de trabajo y los cancilleres de la región concertaban los términos de la declaración conjunta.
Calderón dijo que los países que integran el Grupo de Río consideraron inadmisible e inaceptable la ruptura del orden Constitucional en Honduras porque “constituye una práctica que las sociedades de América Latina y el Caribe considerábamos superada” .
Subrayó, a nombre del G-Río, que es inaceptable la utilización de la fuerza para derrocar a un gobierno legalmente constituido y estimó indispensable garantizar la libertad de expresión y la integridad física de los representantes de los medios de comunicación.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, sostuvo que Manuel Zelaya debe regresar a la presidencia de Honduras de manera inmediata e incondicional, y se pronunció en contra de cualquier negociación en esta “batalla” por la justicia y la dignidad.
En tanto, en su estilo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, criticó a Roberto Micheletti, a quien por el golpe de Estado y por erigirse como presidente de Honduras le llamó “Goriletti” , y advirtió que si le ocurre algo al embajador de su país será “causa de guerra” .
Sostuvo que “si quieren que tomemos los fusiles, pudiéramos hacerlo, pero escogimos los caminos de la democracia y de la paz”, y ante el anuncio de Micheletti de convocar a elecciones en noviembre, adelantó que no reconocerán a ningún gobierno que surja de un proceso electoral “montado” en un golpe de Estado.
Asimismo, llamó a las fuerzas armadas de Honduras a desconocer a ese gobierno “tirano” y “títere” y levantarse a favor de Manuel Zelaya.
A su vez, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, dijo que la voluntad del pueblo hondureño es irrenunciable, por lo que debe continuar por la senda que se ha trazado; y llamó a que ante el golpe de Estado no haya “perdón ni olvido” .
Señaló que su país repudia la actuación de las cúpulas de las fuerzas armadas y los grupos fácticos de poder, a quienes llamó “usurpadores a la fuerza de la ley” .
El mandatario de Bolivia, Evo Morales, comentó en su oportunidad que esta reunión fortalece la lucha de los pueblos por la democracia y añadió que los problemas de cualquier pueblo en Latinoamérica no se resuelven tratando de acallar a las personas.
Por su parte, el depuesto presidente hondureño, José Manuel Zelaya, anunció que volverá a su país una vez que cumpla los compromisos contraídos de asistir a encuentros en las organizaciones de Estados Americanos (OEA) y de las Naciones Unidas (ONU) .
También aceptó el ofrecimiento del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, para que lo acompañe de regreso a Honduras, aunque no aclaró en que día se podría realizar eso