El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió el lunes con varios de sus aliados en encuentros paralelos a la cumbre internacional del G7 para abordar los urgentes problemas en Oriente Medio, mientras trataba de convencer a los gobernantes europeos de que mantengan las sanciones contra Rusia tras las nuevas hostilidades en Ucrania.
Obama llegó al último día de la cumbre del Grupo de los Siete presionado por una intimidante lista de problemas globales y con pocos indicios de que las democracias industrializadas más grandes del mundo vayan a tomar medidas para resolverlos. El cambio climático y el terrorismo lideraban la agenda oficial del encuentro, pero los líderes también comentaron las agresivas acciones de Rusia en Ucrania, la fecha límite que se acerca para llegar a un acuerdo nuclear con Irán, negociaciones preliminares sobre pactos comerciales y el estancamiento en las negociaciones sobre el rescate internacional de Grecia.
Obama se reunió en privado con el presidente francés, François Hollande, un socio en ocasiones escéptico en las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear. Obama también tenía previsto una consulta con el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, que combate la creciente amenaza de los milicianos del grupo Estado Islámico. Abadi ha pedido más ayuda de Estados Unidos y sus socios para hacer frente a los milicianos. Se esperaba también que el presidente de Estados Unidos se dirigiera a los líderes del G7 en una sesión a puerta cerrada centrada en el terrorismo.
El presidente quiere buscar “formas más eficientes en las que podamos ofrecer asistencia a las fuerzas de seguridad iraquíes”, indicó el portavoz de Obama Josh Earnest, y espera que eso forme parte de las conversaciones del G7, que también incluye a Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón.
En un encuentro el domingo con el primer ministro británico, David Cameron, Obama dijo que esperaba plantear la lucha contra el grupo EI en Siria e Irak y “evaluar lo que funciona, lo que no, y cómo podemos seguir haciendo progresos allí para desmantelar la infraestructura que ha construido ISIL”, indicó el portavoz empleando un acrónimo para el grupo EI.
Por otro lado, sobre la cuestión de Ucrania, Earnest señaló que Obama insta a otros líderes europeos a renovar las sanciones contra Rusia que expiran a final de julio. Obama quiere que los europeos mantengan los castigos financieros hasta que Moscú cumpla los términos de un acuerdo de alto el fuego alcanzado hace cuatro meses en Bielorrusia. La semana pasada se registraron algunos de los peores combates desde el alto el fuego en el Este de Ucrania.
“Básicamente, Rusia se ha burlado de los compromisos que hizo en el contexto de las negociaciones de Minsk”, dijo Earnest, que instó a los europeos a mantener la estrategia, aunque admitió que podría causar perjuicios económicos porque sus economías están vinculadas a la rusa.
La reunión de Obama con Hollande se celebra después de que París se haya mostrado en ocasiones más dura y escéptica que Washington en las negociaciones con Irán. Richard Fontaine, presidente del Centro de Nueva Seguridad Estadounidense, que trabajó en política exterior en la Casa Blanca durante la presidencia de George W. Bush, dijo que recomendaría a Obama enviar un mensaje directo a Hollande.
“¿Qué hará falta para que vuelvan a estar a bordo? Porque mantengamos estos desacuerdos tras puertas cerradas, en lugar de en la prensa, que perjudica nuestra posición”, explicó Fontaine.