Un ministro egipcio de Cultura que alguna vez amenazó con quemar libros israelíes es considerado por muchos el favorito para ser elegido como nuevo secretario general de la UNESCO, la agencia de la ONU para la cultura y la educación.
La organización comenzó las votaciones el jueves, en un proceso secreto que pudiera durar días y hasta cinco rondas. No hubo un ganador claro en la primera y el viernes se celebrará una nueva vuelta.
Faruk Hosni, un pintor y ministro egipcio de Cultura por más de dos décadas, es considerado uno de los candidatos con más probabilidades al puesto, pese a preocupaciones de activistas que cuestionan si podrá tratar imparcialmente a Israel, y si un hombre que está a cargo de la censura en su país debería ocupar un alto cargo internacional.
Hay otros ocho candidatos para el período de cuatro años, incluyendo la comisionada de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Benita Ferrero Waldner. Muchos miembros de la UNESCO, incluyendo Estados Unidos y Francia, no han revelado oficialmente sus favoritos.
Hosni ha sido mencionado a menudo como favorito porque tiene el apoyo de la Liga Arabe, la Unión Africana y la Organización de la Conferencia Islámica, aunque los países pertenecientes a esas organizaciones no están obligados a seguir esos respaldos. El ganador necesita 30 votos de la junta ejecutiva de la UNESCO, que tiene 58 miembros.
Sin importar quién gane, está en juego la reputación recién recuperada de ésta. La organización estuvo aquejada por el amiguismo y la mala administración hasta que el actual secretario general, el japonés Koichiro Matsuura, fue elegido en 1999. Su trabajo ayudó a reintegrar a Estados Unidos, que había renunciado en 1984, calificándola de corrupta y contraria a Occidente.
La UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, no ha tenido nunca un líder del mundo árabe desde su fundación en 1945. Egipto ha estado promoviendo enérgicamente la candidatura de Hosni, y cuando Israel retiró su objeción, pareció despejarse el camino para él.
Pero durante meses Hosni ha enfrentado acusaciones de ser antijudío. Se ha disculpado por su famoso comentario sobre quemar libros, diciendo que fue algo improvisado y debería ser considerado en el contexto de su indignación por el sufrimiento del pueblo palestino. En el 2008, ante parlamentarios egipcios y tratando de defenderse de acusaciones de que tenía una mano demasiado floja hacia Israel, Hosni prometió quemar todos los libros israelíes en la biblioteca de Alejandría.