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Por Redacción 16 de diciembre de 2025

En el ajedrez geopolítico de América del Norte, la seguridad ha dejado de ser un asunto meramente doméstico para convertirse en la moneda de cambio más valiosa de la diplomacia. Esta mañana, los reflectores se centraron en una reunión de alto perfil que podría redefinir los términos de la cooperación bilateral: el encuentro entre Gary Anandasangaree, ministro canadiense, y el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch.

Aunque los comunicados oficiales suelen estar llenos de palabras amables sobre la «cooperación» y la «amistad entre los pueblos», la visita de Gary Anandasangaree ocurre en un contexto de creciente presión internacional. México no solo enfrenta la mirada escrutadora de Estados Unidos, sino que ahora Canadá, a través de representantes como Anandasangaree, exige resultados tangibles ante la expansión de redes criminales que ya tocan suelo canadiense. A continuación, analizamos los cuatro ejes fundamentales y las implicaciones críticas de este diálogo de seguridad.

1. La internacionalización de los cárteles mexicanos

El primer punto sobre la mesa es ineludible: la violencia ya no se queda al sur del Río Bravo. Para Gary Anandasangaree, la prioridad es frenar el flujo de operaciones de los cárteles mexicanos que han extendido sus tentáculos hasta ciudades como Vancouver y Toronto. Informes de inteligencia sugieren que grupos criminales de México están utilizando a Canadá no solo como mercado de consumo, sino como punto de transbordo hacia Europa y Oceanía.

La presencia de Gary Anandasangaree en la oficina de García Harfuch no es una visita de cortesía; es un mensaje de alerta. Canadá está preocupado por el aumento de la violencia armada en sus calles, vinculada directamente al tráfico de drogas gestionado por organizaciones transnacionales. La exigencia es clara: México debe cortar las cabezas financieras y operativas de estos grupos antes de que crucen el continente. La estrategia de «abrazos» del pasado ha sido sustituida, en teoría, por la inteligencia de Harfuch, pero Ottawa necesita ver extradiciones y desmantelamientos reales, no solo estadísticas maquilladas.

2. Fentanilo: La crisis compartida

Si bien Estados Unidos suele llevar la voz cantante en la crisis de los opioides, Canadá enfrenta su propia epidemia silenciosa. Durante la conversación, Gary Anandasangaree enfatizó la necesidad de blindar los puertos y las aduanas, puntos ciegos por donde ingresan los precursores químicos. La crisis del fentanilo es un tema de salud pública que se ha militarizado, y el funcionario canadiense busca garantías de que México está haciendo su parte.

Aquí radica una de las críticas más fuertes al sistema actual: la falta de control efectivo en los puertos del Pacífico mexicano. Gary Anandasangaree sabe que, sin una contención efectiva en Manzanillo o Lázaro Cárdenas, los esfuerzos de salud pública en Canadá serán insuficientes. La colaboración que propone Harfuch se basa en el intercambio de información biométrica y de inteligencia financiera, pero para la delegación canadiense, la velocidad de implementación es vital. La paciencia de los socios del norte se está agotando frente a la burocracia mexicana.

Gary Anandasangaree
4 Puntos Críticos del Encuentro entre Gary Anandasangaree y Omar García Harfuch 3

3. Protección a la inversión y turismo

Otro ángulo crítico de la visita de Gary Anandasangaree tiene un matiz económico. Canadá es uno de los principales inversionistas extranjeros en México, especialmente en el sector minero y energético. Sin embargo, las empresas canadienses han denunciado sistemáticamente extorsiones, robos y amenazas por parte del crimen organizado en estados como Guerrero, Zacatecas y Sonora.

No es casualidad que Gary Anandasangaree toque base con el encargado de la seguridad federal. El mensaje es económico: si no hay seguridad, no hay inversión. La protección de los ciudadanos canadienses, tanto turistas como empresarios, es una línea roja. La imagen de México en el exterior se deteriora cada vez que un turista es asaltado o una mina es bloqueada ilegalmente. Harfuch tiene la tarea titánica de asegurar corredores seguros, pero la realidad en el terreno a menudo supera las promesas de escritorio. La insistencia de Gary Anandasangaree en este punto refleja el temor de que la impunidad en México termine afectando el PIB canadiense.

4. La alineación con la estrategia norteamericana

Finalmente, este encuentro no puede verse de forma aislada. Gary Anandasangaree y Omar García Harfuch saben que hay un tercer jugador en la mesa: Estados Unidos. La alineación de las políticas de seguridad de Canadá y México suele responder a la presión de Washington. Sin embargo, Canadá busca mantener su propia agenda, una que prioriza los derechos humanos y el enfoque social, aunque sin soltar la mano dura contra el crimen.

La postura de Gary Anandasangaree es un recordatorio de que México es parte de un bloque comercial y de seguridad trilateral (T-MEC). Si México falla en seguridad, pone en riesgo la estabilidad de toda la región. La crítica aquí es hacia la soberanía de la estrategia mexicana: ¿Hasta qué punto las decisiones de Harfuch son autónomas y hasta qué punto son una respuesta a las exigencias planteadas por figuras como Gary Anandasangaree? La delgada línea entre cooperación y subordinación se vuelve cada vez más difusa.

Gary Anandasangaree
4 Puntos Críticos del Encuentro entre Gary Anandasangaree y Omar García Harfuch 4

El reto de la implementación

La reunión concluye, las fotos se toman y los comunicados se publican. Pero la realidad permanece. La visita de Gary Anandasangaree deja una lista de tareas pendientes para la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Omar García Harfuch, con su perfil técnico y operativo, es quizás el interlocutor más apto que ha tenido el gobierno mexicano en años recientes, pero la capacidad operativa del Estado sigue estando rebasada en amplias zonas del territorio.

Para que este diálogo con Gary Anandasangaree no quede en letra muerta, México debe demostrar que su aparato de justicia funciona. No basta con detener a capos mediáticos; se necesita desarticular las redes de lavado de dinero que operan en ambos países.

Conclusión: ¿Socios o vigilantes?

La relación con Canadá entra en una nueva fase. Ya no se trata solo de visas o intercambios culturales. La seguridad nacional de ambos países está entrelazada. La presencia de Gary Anandasangaree en la Ciudad de México es un síntoma de la gravedad del problema.

Si el gobierno mexicano no logra traducir estas mesas de trabajo en paz tangible, la presión internacional aumentará. Gary Anandasangaree se va, pero las exigencias se quedan. La ciudadanía mexicana, al igual que la canadiense, espera que estos encuentros de alto nivel sirvan para algo más que para la foto oficial: esperan que sirvan para recuperar la tranquilidad perdida.

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