La participación de gays en el ejército de Estados Unidos conlleva un riesgo mÃnimo para las misiones militares, y una mayorÃa de las tropas descarta que tenga efecto en sus operaciones, se indicó hoy en un reporte del Pentágono.
El informe sobre la polÃtica de â??No Preguntes, No digasâ?, dado a conocer este martes por el secretario de Defensa, Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, muestra que 70 por ciento de los soldados anticipa que la derogación de la regulación será irrelevante.
Sólo un 30 por ciento de las tropas prevé consecuencias negativas si se anula â??No Preguntes, No digasâ?, que se encuentra en vigor desde 1993 y que impide a los homosexuales declarados enlistarse en las fuerzas armadas.
â??Las conclusiones sugieren que para una amplia porción de las fuerzas armadas la revocación de â??No Preguntes, No Digasâ??, aunque potencialmente lesiva en el corto plazo, no serÃa el cambio traumático que muchos temÃanâ?, dijo Gates en rueda de prensa.
Sostuvo que con base en las conclusiones del reporte, urge al Senado a aprobar la derogación de â??No Preguntes, No Digasâ?, a fin de que la legislación sea promulgada por el presidente estadunidense Barack Obama.
La oposición a esa polÃtica fue mayor entre las fuerzas en combate con un 40 por ciento, mientras que entre los infantes de Marina el rechazo a la presencia de homosexuales es aún mayor, de 46 por ciento.
Gates reconoció que â??el más alto nivel de descontento, de malestar, entre las fuerzas de combateâ? a la participación de homosexuales, son una â??fuente de preocupación para los jefes militares y para mi mismoâ?.
Entre aquellos soldados que reconocieron haber peleado cerca de alguien a quien identificaron como gay o lesbiana, un abrumador 92 por ciento estimó que la preferencia sexual no tuvo impacto ni bueno ni malo en la misión.
La encuesta fue aplicada entre 115 mil efectivos castrenses y más de 42 mil de sus cónyuges, casi una tercera parte de los cuales respondieron.
La perspectiva de los militares y sus familias en relación con la participación de homosexuales en el ejército es similar al de la población en general.
Casi seis de cada 10 estadunidenses favorecen la presencia de homosexuales en el ejército, un aumento de seis puntos porcentuales en relación con 1994, según una nueva encuesta del centro de investigación Pew.
La encuesta muestra también que un 27 por ciento de la población se opone, sin embargo, a que homosexuales declarados sean autorizados a enlistarse en cualquiera de las cuatro ramas de las fuerzas armadas.
Las opiniones del público sobre los homosexuales han variado poco en los últimos años, toda vez que una mayorÃa de estadunidenses ha apoyado su presencia como militares a pesar de la polÃtica de â??No Preguntes, No digasâ?, vigente desde hace 17 años.
El año pasado, el porcentaje de partidarios de la participación de homosexuales era de 59 por ciento, en 2006 de 60 por ciento y en 2005 de 58 por ciento, de acuerdo con la encuesta.
Apenas el mes pasado el Pentágono anunció nuevas reglas sobre la participación de homosexuales en el ejército. Ahora se requiere la autorización de las más altas autoridades castrenses antes que éstos puedan ser expulsados bajo la polÃtica de â??No Preguntes, No digasâ?.
Un memorando enviado por el secretario de Defensa, Robert Gates, a los jefes militares de Estados Unidos establece que se requiere la firma del secretario del Ejército, de la Marina y Fuerza Aérea para destituir a un soldado abiertamente homosexual.
Las directrices sobre el reclutamiento o expulsión de homosexuales en el ejército fueron anunciadas luego que un panel de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de San Francisco restituyó la polÃtica de â??No Preguntes, No digasâ?.
La administración Obama ha llamado al Congreso para que derogue la legislación, establecida en 1993, durante el gobierno del presidente William Clinton.
El Comité de Servicios Armados del Senado realizará este jueves la primera audiencia legislativa sobre la revocación de â??No Preguntes, no digasâ?.
Aunque el presidente Obama apoya el fin de la polÃtica, el alto mando militar pidió al presidente más tiempo para instrumentar la medida