China rechazó el martes la acusación de Turquía de que está cometiendo un genocidio en la región noroeste de Xinjiang, donde unas violentas protestas por disputas étnicas dejaron 184 muertos, gran parte miembros de la comunidad mayoritaria han.
En los peores disturbios étnicos en décadas en Xinjiang, uigures atacaron el 5 de julio a chinos han en la ciudad de Urumqi, luego de que la policía intentó disolver una protesta contra los fatales asaltos que sufrieron trabajadores uigures en una fábrica del sur de China.
Chinos han en Urumqi lanzaron ataques de venganza más tarde esa semana.
El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, dijo la semana pasada que se estaba cometiendo un genocidio en Xinjiang y pidió a las autoridades chinas que intervengan.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Qin Gang dijo el martes que la acusación no tenía sentido. La mayoría de los muertos en los disturbios eran han y en las últimas décadas la población uigur de Xinjiang ha crecido mucho, sostuvo.
“¿En qué país esto se podría llamar genocidio?, dijo Qin en una rueda de prensa.
El ministro de Relaciones Exteriores chino, Yang Jiechi, dijo a su contraparte turco el domingo por teléfono que los disturbios de Urumqi habían sido orquestados por “tres fuerzas malignas”, haciendo referencia al extremismo, el separatismo y el terrorismo, según la agencia de noticias Xinhua.
La cifra oficial de muertos llega a 184, de los cuales 137 eran chinos han -que conforman la mayoría de los 1.300 millones de habitantes de China- y 46 eran uigures, un pueblo musulmán nativo de Xinjiang y culturalmente ligado a Asia central y Turquía
El lunes, la policía causó la muerte a dos uigures armados con cuchillos e hirió a un tercero para evitar que atacaran a un guardia de seguridad uigur en una mezquita de Urumqi.
También el lunes, autoridades de la ciudad de Yining, unos 700 kilómetros al oeste de Urumqi, anunciaron que más de 70 miembros de dos “bandas violentas” habían sido rodeados, dijo el portal semioficial China News (www.chinanews.com.cn).
Pekín no quiere perder el control de Xinjiang, un vasto territorio desértico que limita con Rusia, Mongolia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán e India y tiene abundantes reservas de petróleo. También es la principal región productora de gas natural de China.
El Gobierno chino ha acusado a separatistas uigures exiliados de instigar los disturbios, pero estos niegan los cargos