Conocida como “La bailarina de los pies alados”, la también coreógrafa tabasqueña Gloria Mestre Rodríguez es recordada a tres años de su muerte como una de las mejores bailarinas de danza clásica y moderna de México.
Llamada también “diosa de la danza” y “Terpsícore viviente” Gloria Mestre Rodríguez, nació el 28 de julio de 1928, en Villahermosa, Tabasco.
De acuerdo con una biografía difundida por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), fue en 1945 cuando Gloria Mestre Rodríguez debutó en el Teatro de Bellas Artes, lugar que se convirtió en su segundo hogar, pues allí recibió clases, asistió a ensayos y presentó infinidad de funciones.
Como artista huésped en la Compañía de Catherine Dunham conoció los principales teatros de Europa, entre los cuales destaca el de la ciudad de Nápoles, en el que hizo varias temporadas como Prima Ballerina Assoluta del San Carlo Opera House.
También Gloria Mestre Rodríguez pisó el Casino de París y el Follies Bergere de la misma ciudad, incluso en el primero de ellos se consagró como Primera Vedette.
Además de la danza, Mestre Rodríguez inició una carrera cinematográfica que la llevó a seguir recorriendo otras partes del mundo, pues sus estudios los realizó en México, en otros países de América y Europa en 1948.
Entre los proyectos extranjeros que destacan por su participación se encuentran las presentaciones que dio en Dinamarca, Suecia y Holanda.
La cinta “Soir de París” y la película inglesa “Fox hole in Cairo”, así como “La espía de Rommel”, en México son algunos de sus films más reconocidos.
Para 1950 entró a la televisión mexicana, considerada pionera de la misma, se desarrolló en tres programas con los cuales logró aparecer en pantalla 10 años ininterrumpidos.
Según el diario “El Universal”, Mestre Rodríguez cursó estudios en la Escuela Nacional de Maestros que le servirían para aplicar sus conocimientos a la Escuela Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la cual fundó y dirigió.
Asimismo, creó y se hizo cargo del Ballet de la Asociación Nacional de Actores y del Ballet Chapultepec, además de haber incursionado como maestra logrando incorporarse a la Academia de la Danza Mexicana.
Fue primera bailarina de danza clásica y moderna y coreógrafa de la Ópera Nacional del INBA, y perteneció al Original Ballet Ruso del que llegó a ser solista.
Como bailarina se distinguió a tal grado de ganarse el sobre nombre de “La bailarina de los pies alados”, por haber obtenido la llamada “perfección el línea”, por sus saltos y la libertad de expresión en la danza.
Entre los premios y reconocimientos por su labor como promotora del arte y la cultura a nivel mundial, además de su distinguida trayectoria, destaca el Premio Nacional Malinalli que recibió el 12 de noviembre de 2012 en el marco de la Feria Universitaria del Libro (FUL).
Mestre murió el 9 de diciembre de 2012, en su casa de la ciudad de México, a consecuencia de un infarto.