El gobierno griego de izquierda sobrevivió a otra revuelta en las primeras horas del jueves, al lograr que el Parlamento aprobara una serie de reformas exigidas por los acreedores internacionales a cambio de un paquete de rescate financiero por millones de euros.
Las reformas al sistema bancario y judicial eran el obstáculo final para que puedan iniciar las negociaciones para un tercer rescate de alrededor de 85.000 millones de euros (93.000 millones de dólares).
Sin el dinero, Grecia no podría pagar sus deudas en los siguientes tres años y hasta podría verse obligada a salir de la zona euro, el grupo de países que usa la moneda única.
Las negociaciones sobre los detalles del programa de rescate, que incluye objetivos económicos y el posible alivio de la deuda griega, debe comenzar “tan pronto como sea posible”, de acuerdo con la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea.
Ambas partes esperan que las negociaciones concluyan para el 20 de agosto, cuando Atenas deberá liquidar un abono al Banco Central Europeo por más de 3.000 millones de euros (3.200 millones de dólares)