La amenaza de Google de retirarse de China debido a la censura es un inusual acto de desafío en un sistema donde las compañías extranjeras han aceptado desde hace mucho controles intrusivos a cambio de ganar acceso a un mercado enorme y creciente.
Desalentados por la perspectiva de una China sin Google, muchos visitantes depositaron flores el miércoles frente a su sede en Beijing, mientras en el ciberespacio arreciaban los mensajes con palabras de apoyo.
“Considero que es una lástima y espero que no se retire del mercado chino”, dijo un hombre que dejó flores en el edificio y sólo dio su apellido, Chang. “Google desempeñó un papel clave en el crecimiento de nuestra generación. El control (de Internet) es excesivo”.
En varias industrias, desde automotrices hasta cadenas de comidas rápidas, las compañías se han visto obligadas a permitir que las autoridades comunistas influyan -y a veces decidan- su opción de socios locales, dónde operar y qué productos vender.
Las empresas de la red cibernética han recibido críticas por cooperar con un sistema comunista que controla estrictamente la información. Google Inc., Yahoo Inc., Microsoft Corp y otras han accedido a las presiones de bloquear el acceso a material delicado desde el punto de vista político.
“La Internet es como los medios de comunicación y los medios están bajo estricto control del gobierno, lo que plantea desafíos adicionales para las compañías extranjeras de Internet en comparación con -digamos- fabricantes de televisores, teléfonos móviles y autos”, observó Edward Yu, presidente de Analysys Internacional, una firma de investigación de Internet en la capital china.
La decisión misma de Google de hablar públicamente fue inusual en un sistema en que las autoridades chinas reaccionan ante las críticas con indignación. Las autoridades tienen amplios poderes regulatorios y las compañías evitan decir nada que pueda provocar represalias