Nueve años después de un gigantesco derrame de aguas residuales de una mina de cobre en el estado mexicano de Sonora, algunas comunidades continúan sufriendo “alarmantes” niveles de contaminación en el suelo, el aire y el agua, dijo la Secretaría del Medio Ambiente el jueves pasado.
Al sintetizar un informe de 239 páginas, las autoridades también confirmaron, mediante imágenes satelitales, que el derrame no se debió solamente a las fuertes lluvias como se informó inicialmente, sino al “diseño deficiente” de una presa en la mina Buenavista del Cobre, propiedad del mayor productor de ese metal en el país, el Grupo México.