El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) lamentaron el sensible fallecimiento del escritor mexicano Gustavo Sainz (1940-2015), quien murió el pasado viernes en Bloomington, Indiana, días antes de cumplir 75 años de edad.
En un comunicado, el Conaculta destacó la capacidad de Sainz para irrumpir en la literatura con un estilo fresco y audaz, lo que le valió el Premio Xavier Villaurrutia 1974 por “La princesa del Palacio de Hierro” y el Premio Nacional de Narrativa Colima para Obra Publicada 2003 por “A troche y moche”.
El también profesor y editor nació el 13 de julio de 1940 y su temprana incursión en la escritura de novelas capaces de recrear el lenguaje directo y coloquial de los jóvenes en la década de los 60 lo llevó a formar parte, junto con José Agustín y Parménides García Saldaña, de la llamada Literatura de la Onda.
Su primera novela fue ”Gazapo”, la escribió a los 25 años y con ella revolucionó la narrativa mexicana a través de una historia narrada en primera y tercera personas sobre varios jóvenes de clase media en México, que descubren el verdadero sentido de la amistad y el amor.
A esta obra, publicada en 1965 traducida a 14 idiomas, le siguieron títulos como “Obsesivos días circulares”, “A la salud de la serpiente”, “La princesa del Palacio de Hierro”, “Paseo en trapecio”, “Muchacho en llamas”, “La novela virtual”, “A troche y moche”, “Batallas de amor perdida” y “El tango del desasosiego”.
El Conaculta rememoró las palabras de Ignacio Trejo Fuentes, quien considera a Sainz como uno de los mayores experimentadores de la literatura mexicana:
“Sus novelas son audaces, provocativas. Luego de Gazapo se arriesgó a publicar Obsesivos días circulares, y supuse que había escrito su obra mayor, pero me equivoqué: libros suyos como Paseo en trapecio, Salto de tigre blanco o La novela virtual sobrepasaron la experimentación de Obsesivos…”, expresó.
Su pasión por las letras llevó a Sainz a fungir no sólo como escritor, ya que también fue director del Departamento de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), fundó la colección de libros SEP-Setentas, así como el semanario cultural La Semana de Bellas Artes y se desempeñó como profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
El escritor, quien falleció en Bloomington, Indiana, el pasado viernes 26 de junio, en 1980 emigró a Estados Unidos porque, según contaba, le dieron una beca de 15 mil dólares para preparar una conferencia sobre los dioses aztecas en la obra de Carlos Fuentes.
“Me pareció que en México jamás iba a tener un pago como ese por una conferencia” y allá se quedó a dar clases en universidades de Nuevo Mexico, Vermont, Washington e Indiana, de la cual era profesor emérito.
En tanto, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recordó hoy a quien fuera director de su departamento de literatura de 1977 a 1981, el narrador y ensayista que sostenía que su primar novela “Gazapo” (1965) era “la expresión literaria de aquella generación adolescente”.
Indicó que Sainz consolidó a lo largo de su trayectoria un estilo personal con base en el lenguaje experimental con el que abordó en su momento la vida de los adolescentes de la clase media de las décadas de los años 50 y 60.
Además de su aporte a la literatura mexicana, el escritor también fue asesor editorial de la Secretaría de Educación Pública (SEP), fundador de la colección SEPSetentas, el calendario Ramón López Velarde y La Semana de Bellas Artes.
También destacó como conductor y director de programas de televisión, director literario de la editorial Grijalbo, director de literatura del INBA, jefe de redacción de Visión, fundador y director de Eclipse y Siete, así como director artístico de la Revista de Bellas Artes.