Las habilidades interpersonales han cobrado relevancia en el mundo laboral en la última década, pues se le ha restado importancia a las habilidades duras o técnicas, para dar paso a las habilidades blandas y de poder.
Esto no significa que las “hard skills” son insuficientes, al contrario significa que el empleado ideal además de ser eficiente en su trabajo debe de ser un ser sociable, con personalidad y liderazgo.
Las empresas se han dado cuenta que un gran porcentaje del talento humano que están en puestos de liderazgo tienen muy poca inteligencia emocional, lo que termina afectando de una u otra manera el rendimiento laboral no solo del jefe, sino de todo el equipo a su cargo.
Tener habilidades de poder pretende evitar la tóxica mezcla de la vida privada con la laboral y disminuir la cantidad de veces que las personas lloran en las oficinas, que sufren brotes de ansiedad, toman decisiones emocionales o se involucran sentimentalmente entre empleados.
Las habilidades blandas o soft skills son indispensables para ejercer cualquier profesión de todos los niveles jerárquicos, lo cual es reciente pues hasta hace algunos años “mantener una buena actitud” en el trabajo era opcional.
Las habilidades blandas más útiles en el mundo laboral son: empatía, colaboración, comunicación, creatividad, flexibilidad, confianza, seguridad y motivación.
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Por otra parte para acceder a un puesto de liderazgo, además de las soft skill, es necesario tener las power skills; las cuales se caracterizan por estar relacionadas con una buena auto imagen y la disciplina.
Unos ejemplos son: gestión eficiente del tiempo, resolución de conflictos, escucha activa, empoderamiento, toma de decisiones, adaptación, reputación y claridad.
Así que ya sabes, si quieres mejorar tu perfil profesional, es importante ir practicando hasta que sea un hábito las mencionadas habilidades.
MGG