Beatriz González RubÃn
Octubre corre estrepitosamente, estamos a pocos dÃa de que noviembre haga su entrada triunfal. En todas partes se pueden ver calabazas, calaveras, disfraces y fiestas que se aproximan.
La noche de brujas o Halloween como se le conoce comúnmente es una fiesta cien por ciento heredada y ajena a los mexicanos, pero, que para variar hemos abrazado y hecho nuestra.
Tiene su origen en la festividad celta celta del Samhain cuyo significado es â??fin del veranoâ?, se celebraba el final de la temporada de cosechas y daba inicio a la temporada â??oscuraâ?, los trajes y mascaras eran utilizados para ahuyentar a los espÃritus malignos y protegerse de esa manera.
En la tradición católica, el dÃa de Todos Santos se celebraba el 13 de mayo y fue el Papa Gregorio III que realizó el cambio al 1 de noviembre con la intención de que los pueblos paganos abandonaran sus costumbres y tradiciones y se integraran a las de la iglesia católica, festejando también en estos dÃas a los Fieles Difuntos.
El DÃa de los Fieles Difuntos tiene su origen en Francia en el Gran Monasterio de Cluny, el 2 de noviembre de 998, cuando san Odilo, su quinto abad, decidió rezar por el descanso de “todos” los muertos.
Actualmente es cada vez más común ver en cientos de lugares altares que cariñosamente se ponen para los muertos, en ellos abundan, flores, sal, aceite, pan, fruta, comida, dulces, cigarros, alcohol, y demás delicias favoritas que los difuntos, según reza la historia, vienen por la noche para llevarse los aromas de todo aquello que está dispuesto en las mesas. No debe faltar las foto de la persona a quién se le ofrece el altar.
Nuestro paÃs está lleno de tradiciones y costumbres remotas, los primeros dÃas de noviembre la gente acude a los panteones a â??arreglarâ? la tumbas de su muertos, el 1 y el 2 de noviembre las costumbres ancestrales regresan y hacen que cientos, detengan sus actividades para pasar tiempo en el â??camposantoâ? acompañando a aquellos que fueron parte importante de su vida.
Halloween o dÃa de muertos, festejemos lo que festejemos, nos da la posibilidad de pensar en la vida, no sólo en la muerte, hacer un recuento de nuestra historia y decidir ser mejores personas.
Felices Fiestas.