Héctor Astudillo requerirá, tal vez, no sólo un Comisionado, como lo necesitó, en su momento, el ex gobernador de Michoacán Fausto Vallejo, quizá y necesita fuerzas internacionales de paz ya que la violencia y los casos de crímenes realizados por el crimen organizado, el narcotrafico, grupos armados que parecen guerrilla y demás, hacen ver a Guerrero como un estado en guerra.
Para nadie es secreto que la degradación de la seguridad en Guerrero es algo que se encuentra estallandole en las manos a Héctor Astudillo, pero por dos diversos hechos, el primero es que no hay en la entidad un plan de seguridad a mediano y largo plazo, de hecho el propio Héctor Astudillo llegó al poder sin saber a bien que hacer en la entidad en materia de seguridad siendo que tiene todas sus instituciones vulneradas por el crimen organizado. Segundo, el narcotrafico esta en lucha en Guerrero, se desea no solo los campos serranos de siembra de amapola, sino también los jugosos contratos de extorsión a la minería e industria madedera de la entidad, sin hablar de la ruta del crimen organizado en la costa que corre hasta la frontera con Estados Unidos.
No se confunda, Héctor Astudillo si sabia en la que se metía y si desea salirse por la tangente de que este es el resultado de gobiernos prdistas, con la pena, el PRI desde la oposición jamas quiso que se trabajara de forma frontal contra el crimen organizado.
Ahora Héctor Astudillo quiere un comisionado para seguridad en Guerrero con el mismo despliegue de tropas y fuerzas federales que en Michoacán, con la pena, parece que Enrique Peña Nieto no tiene pensado eso al menos, en el corto plazo.