Dígame usted que fregados hacemos… en verdad, sin enojos, sentados y con calma, viendo que en el estado de Guerrero, acaban de jurar 106 policías comunitarios como miembros de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias.
Un grupo de autodefensa, que hay que decirlo, a diferencia de otros que ya muestran armamento un poco más avanzado moderno y poderoso como para ser jornaleros cansados de la inseguridad, estos señores de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias en Guerrero apenas llegan a algunas escopetas mata conejos y una que otra pistola oxidada y vieja.
Pero de todos modos los grupos de autodefensa en el país están prohibidos, fuera de la ley y nacen como parte del vacío de seguridad que las autoridades en ciertas partes están mostrando desde hace años, por lo cual la organización de la comunidad se logra imponer y permite tener mercenarios comunitarios que ayuden arriesgando su seguridad e integridad, a defender a los seres queridos en caseríos que son apenas más grandes que alguna colonia de algún pueblo mediano de México.
No me enorgullece decir hay mercenarios en México, pero los hay, son los integrantes de los grupos de autodefensa que están siendo pagados por los demás integrantes de la comunidad y quieren garantizar la paz y seguridad de la comunidad, lo que asusta es que se enfrentan a integrantes del crimen organizado que sin escrúpulos, drogados o alcoholizados, matan y destazan sin piedad.
Quiero ver si Ángel Aguirre termina la administración del gobierno de Guerrero con las manos libres de sangre de estas personas que son mercenarios que solamente deseaban cuidar a su comunidad o, antes de migrar e irse lejos de casa, jugarse la vida contratándose sin experiencia alguna, como policía… o sea ser una persona que armada de un mal palo va a enfrentarse a un león salvaje.
Ángel Aguirre debe saber que eso puede ser homicidio por omisión, omisión en cumplir el mandato de brindar seguridad en dichas comunidades.