La decisión del gobierno interino de abandonar unilateralmente la OEA fue un movimiento político imprevisto.
Para algunos, esta decisión podría restar efectividad a la resolución de la OEA. Para otros, no pasaría de ser una provocación o un gesto vacío de contenido.
“Es un intento de respuesta y también una amenaza. Como el gobierno de Rodrigo Micheletti no está reconocido, es como si usted dijera que va a retirarse de la OEA, no tiene ningún efecto jurídico”, afirmó José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, a un periodista de radio Cooperativa de Santiago.
Para Larry Birnes, director del Consejo de Asuntos Hemisféricos en Washington, la decisión del gobierno interino es casi una huida hacia adelante, una medida desesperada.
“Mi opinión es que el gobierno interino de Honduras no tiene los recursos, la posición diplomática ni la credibilidad para aguantar durante mucho tiempo”, aseguró Birnes a BBC Mundo.
Desde el gobierno interino, el golpe se define como una “transición constitucional”, un asunto estrictamente interno del que la comunidad internacional debería mantenerse al margen.
“Frente a la segura condena, el gobierno se adelantó y se retiró de la OEA. Este retiro no modifica las cosas, pero saca a la OEA como órgano de solución. Porque la OEA está demasiado inclinada en contra del gobierno interino de Honduras, y a favor del expresidente Zelaya”, afirmó a BBC Mundo Juan Ramón Martínez, periodista y director del diario hondureño La Tribuna.
Consecuencias
Pero más allá de los matices sobre el procedimiento en la salida de Honduras de la OEA, ¿qué implicaciones puede tener para el país centroamericano una medida de este calibre?
Tras la retirada de los embajadores de la Unión Europea y las condenas explícitas al golpe por parte de la ONU, si las sanciones de la OEA se hicieran efectivas, el aislamiento internacional de Honduras sería prácticamente total.
En tal caso, además de las implicaciones diplomáticas, las primeras consecuencias serían económicas.
“Lo que pasará ahora es que la economía comenzará a secarse, los créditos se suspenderán, las transacciones comerciales se reducirán. En otras palabras, todos los puentes al mundo exterior desde Honduras, se van a cortar. Y Honduras es el segundo país más pobre de América Latina”, dijo Larry Birnes.
Otra de las dudas que plantea la salida de Honduras de la OEA es el papel que adoptará la Casa Blanca después de esta medida.
Tras las primera condenas del golpe por parte del presidente Obama y de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, la única sanción concreta aplicada por Estados Unidos contra el gobierno interino de Micheletti fue la suspensión de actividades militares conjuntas entre el Pentágono y el ejército hondureño.
“En cierto modo, la crisis de Honduras es un ‘regalo divino’ para los Estados Unidos. Esto aporta una oportunidad a Obama para construir una política con el resto de América Latina y para rehabilitar su mala reputación en la región”, indicó Larry Birns.
Sin embargo, algunos analistas se preguntan cuál debería ser el siguiente paso de Obama y por qué no lo dio ya.
“Los EE.UU. no pueden ir por sí solos. Eso destruiría todo lo que Obama está intentando hacer que es restaurar las relaciones con América Latina después de ocho años de total abandono. Estamos hablando de un movimiento global para decir ‘no más golpes en América Latina'”, apuntó el analista estadounidense.
“En estos momentos, los Estados Unidos están planeando cortar todos los planes de ayuda no esencial a Honduras”, informó desde Tegucigalpa el enviado especial de la BBC Stephen Gibbs.
Futuro político
Ante esta coyuntura, Honduras quedaría en una situación delicada que el gobierno interino parece no temer.
“Tendremos elecciones generales para un nuevo presidente dentro de pocos meses. Y si estamos aislados durante cinco meses, bueno, pues pasaremos por ello. Mejor eso que estar bajo la agenda de Chávez durante los próximos 20 o 15 años”, aseguró a la BBC Martha Lorene de Casco, sub-secretaria para asuntos exteriores del gobierno interino.
“Después de que se celebren las elecciones democráticamente, la comunidad internacional tendrá que dar un paso atrás, y reconocer al nuevo gobierno de Honduras”, comentó Juan Ramón Martínez.
Sin embargo, la presión económica ejercida por las sanciones podría acelerar los acontecimientos y crear fisuras entre los partidarios del golpe.
“El grupo que ha apoyado el golpe de contra Zelaya es, principalmente, los empresarios del país. Y estos empresarios estarán cortándose las venas por haberse comprometido con un golpe que va a traer las repercusiones económicas que llegarán tras la decisión de la OEA”, apuntó Birnes