El número de casos humanos de gripe pandémica (H1N1) 2009 sigue aumentando considerablemente en muchos países, incluso algunos que llevan algún tiempo lidiando con el problema.
Seguimos estudiando la evolución de la enfermedad a medida que afecta a nuevos países, que la propagación comunitaria crece en los países ya afectados y que la información se comparte a nivel mundial. Muchos países donde la transmisión comunitaria es amplia han decidido someter a prueba únicamente las muestras de las personas enfermas y concentrar las actividades de vigilancia en monitorizar las tendencias. Estos cambios han sido recomendados por la OMS porque, a medida que la pandemia progresa, el monitoreo de las tendencias en la actividad de la enfermedad se efectúa mejor siguiendo los casos de enfermedad en vez de intentar someter a prueba a todas las personas enfermas, lo cual puede menguar gravemente los recursos nacionales. Sigue siendo prioritario determinar cuáles grupos de población tienen el riesgo más elevado de sufrir la gripe pandémica grave y qué medidas deben adoptarse para proteger a esas personas.
Además de la información sobre vigilancia, la OMS está transmitiendo los resultados de investigaciones especiales, estudios clínicos y otros datos facilitados directamente por los países; se vale para ello de frecuentes teleconferencias de expertos sobre temas como los aspectos clínicos, virológicos y epidemiológicos de la pandemia, con el fin de trazar el panorama mundial de la forma como evoluciona la situación.
En la mayoría de los países, los casos de gripe pandémica (H1N1) 2009 siguen ocurriendo entre los jóvenes; la mediana de la edad está entre los 12 y los 17 años, según datos del Canadá, Chile, los Estados Unidos de América, el Japón y el Reino Unido. Algunos informes indican que las personas que necesitan hospitalizarse y los pacientes que fallecen pueden ser ligeramente mayores.
A medida que la enfermedad se propaga más y más en las comunidades, la edad promedio de los casos aumenta ligeramente. Esto puede ser el resultado de que en muchos países donde ocurrieron los primeros casos se produjeron brotes epidémicos en las escuelas y después en la comunidad. La gripe pandémica difiere en algunos aspectos de la gripe estacional, pues en esta los casos mortales suelen corresponder a los ancianos (mayores de 65 años). Sea como fuere, aún no se conocen bien las características epidemiológicas de la pandemia porque en muchos países están circulando al mismo tiempo los virus de la gripe estacionales y el virus de la gripe pandémica (H1N1) 2009, además de que la pandemia es relativamente incipiente.
Aún no se han establecido en definitiva los factores de riesgo de la gripe pandémica grave. No obstante, actualmente las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias, la diabetes sacarina y el cáncer se consideran factores de riesgo de la forma grave de la gripe pandémica (H1N1) 2009. En varios países, el asma y otras enfermedades respiratorias han sido invariablemente consideradas como trastornos subyacentes que se acompañan de un mayor riesgo de gripe pandémica grave.
Un informe reciente indica que la obesidad puede ser otro factor de riesgo en ese sentido. De igual manera, cada vez hay más indicios de que las embarazadas tienen un riesgo más elevado de sufrir la gripe grave. Unos pocos estudios preliminares señalan también que el riesgo de gripe pandémica grave puede ser mayor en algunos grupos de población minoritarios, pero no se han aclarado los posibles factores contribuyentes relacionados con los aspectos culturales, económicos y sociales.
La situación con respecto a la vacuna
Los virus de la gripe pandémica que podrían servir para elaborar la vacuna obtenidos por la red de la OMS continúan aumentando su rendimiento (actualmente, entre 25 y 50% del rendimiento normal de los virus usados para fabricar la vacuna estacional por algunos fabricantes). La OMS podrá revisar la cifra calculada de suministro de vacunas una vez que se reciba la información más actualizada sobre el rendimiento vírico. También se obtendrá información valiosa cuando se conozcan los resultados de los ensayos clínicos de las vacunas ya iniciados y de los que están por comenzar. Estos estudios darán una idea más exacta del número de dosis que se necesitará para inmunizar a las personas, así como de la cantidad del principio activo (antígeno) que deberá contener cada dosis de vacuna.
Se prevé que para septiembre los fabricantes tendrán listas vacunas que podrán utilizarse. Varias empresas están trabajando en la producción de la vacuna antipandémica y tienen distintos cronogramas