El Gobierno del Distrito Federal aplica ya pruebas con cámaras termográficas a los usuarios del Metro, a fin de detectar a personas que tengan una temperatura superior a los 37.5 grados y, de corresponder con síntomas de influenza, canalizarlos a un hospital.
A la fecha, la administración capitalina opera con cinco de estas cámaras con un valor de medio millón de pesos cada una. La intención es llegar a 12 cámaras que se instalarán de manera aleatoria en las distintas estaciones del Sistema de Transporte Colectivo.
La operación de estas cámaras termográficas forma parte de un plan de control sanitario que operará en el Metro, con 10 acciones, la cuales incluyen la limpieza profunda en puntos de contacto como en torniquetes, pasamanos, escaleras, taquillas, locales técnicos, vagones, andenes y pasillos.
Además se repartirán 500 mil dosis diarias durante 15 días de gel antimicrobial a los usuarios, se colocarán 350 botes de basura dedicados a la recolección de cubrebocas y operaran 30 vehículos del Sistema de Transporte Colectivo para trasladar usuarios al servicio médico cuando presenten algún malestar.
Se realizará limpieza profunda también afuera de cada una de las estaciones del Metro dos veces por semana, y se exigirá a los vendedores de la vía pública, localizados en las inmediaciones del Metro, a que cumplan medidas sanitarias como el uso de cubrebocas y guantes.
Francisco Bojórquez, director del Metro, dijo que las autoridades de este medio de trasporte distribuirán cinco millones de cubrebocas, sin embargo, también se pronunció por autorizar a los locales ubicados dentro del Metro a que vendan tapabocas, a pesar de que por otra parte, el propio Gobierno de la ciudad hace un esfuerzo por repartir de manera gratuita ese material.
Sin embargo, el funcionario dijo que el periodo de contingencia será prolongado y ello obliga tanto a autoridades como a ciudadanos a mantener un uso constante de cubrebocas, por lo que hasta se ha hecho un llamado a los propios habitantes para que fabriquen los suyos