Irán advirtió el martes que enjuiciará a cinco navegantes británicos si se demuestra que tenían “malas intenciones” al ingresar con su yate en aguas iraníes, en lo que Gran Bretaña considera un desvío accidental en el Golfo Pérsico. Londres trataba de impedir que el incidente se complicara con asuntos políticos, no sólo por el encono entre Teherán y Occidente por los planes nucleares de Irán, sino también por la agitación poselectoral iraní, la cual ha provocado temores entre los líderes del país de que haya una conspiración extranjera para derrocarlos.
Esas tensiones han complicado la posibilidad de lograr la libertad de tres estadounidenses arrestados en Irán a mediados de año después de que cruzaron la frontera provenientes de Irak. Sus familias y Washington señalan que cruzaron accidentalmente a Irán mientras paseaban, pero Teherán -después de investigarlos durante meses- decidió acusarlos de espionaje. El yate es el principal exponente de un programa de regatas auspiciado por el rey de Bahrein, una pequeña isla-nación árabe que ha estado tratando de convertirse en una potencia deportiva y financiera.
La nave iba de Bahrein a Dubai el miércoles para iniciar una carrera cuando tuvo un problema con su hélice, dijo Andrew Pindar, cuyo equipo Team Pindar es su propietario. La marea llevó al yate hasta aguas iraníes, donde fue capturada por la Guardia Revolucionaria cerca de la isla de Sirri, la cual se encuentra cerca de la boca del estrecho de Ormuz, frente a Dubai.
“Ciertamente no tenemos duda de que no hubo ningún intento malintencionado de parte de estas cinco personas”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores británico, David Miliband, a reporteros en Londres. Insistió en que la entrada de la nave a las aguas iraníes fue involuntaria. “Esta es una historia humana… no tiene nada que ver con la política, no tiene nada que ver con el programa de enriquecimiento nuclear”, dijo Miliband. “Estamos ansiosos de que esto se resuelva lo más pronto posible”.
En el 2007, Irán detuvo a 15 militares británicos en el Golfo Pérsico, alegando que ingresaron en aguas iraníes, aunque Gran Bretaña insistió en que estaban en aguas iraquíes. Al final todos fueron liberados sin que Londres se disculpara. El incidente más reciente, sin embargo, ocurre en un momento de más tensiones dentro de Irán. Desde las disputadas elecciones presidenciales de junio, la Guardia Revolucionaria ha estado reprimiendo furiosamente a la oposición, reclamando que forma parte de un complot occidental para derrocar al liderazgo clerical iraní.