Woody Allen volvió el viernes al Festival de Cine de Cannes para mostrar su más reciente filme, Irrational Man, hablar de lo que llama la insignificancia de la vida y confesar que probar suerte en la televisión fue “un error catastrófico”.
En el drama Irrational Man, Joaquin Phoenix da vida a un profesor de filosofía desesperanzado que llega a desestimar sus enseñanzas como “masturbación verbal”. Al hacerse amigo de una estudiante interpretada por Emma Stone, contempla un complot de asesinato inspirado en Dostoyevsky.
Es la 11a película de Allen en Cannes, pero sus filmes siempre se han exhibido fuera de competencia; el cineasta de 79 años desprecia los precios al arte.
Irrational Man, que se estrena en Estados Unidos el 17 de julio, recibió una reacción mixta de la crítica en Cannes. Para los admiradores del cine de Allen, sin embargo, la película tiene muchos de sus sellos distintivos. Aunque transcurre en un nuevo escenario para el director (Rhode Island), contiene luchas conocidas como el encontrarle sentido a la vida, un romance con una mujer más joven y un tono en general ligero en medio de un posible asesinato.
Allen dijo a los reporteros que él y su personaje principal comparten sentimientos similares sobre la utilidad de la filosofía.
No hay una respuesta positiva para la triste realidad de la vida, no importa cuánto te hablen los filósofos o los sacerdotes o los psicólogos”, dijo Allen. “La conclusión después de toda la habladuría es: la vida tiene su propio plan secreto y te atropellará mientras estás cotorreando. Todos acabaremos en la misma posición tarde o temprano”.