Israel confirmó el domingo su intención de construir “cientos de viviendas” en las colonias de Cisjordania, a pesar del alud de críticas que este proyecto ha provocado en el mundo y de la firme oposición de Estados Unidos. “El primer ministro Benjamin Netanyahu anunciará en los próximos días la construcción de varios centenares de viviendas adicionales y de edificios públicos como escuelas, sinagogas, dispensarios en Judea y Samaria (Cisjordania)”, anunció el ministro de Transporte, Israel Katz, en la radio pública.
Según los medios de comunicación israelíes, Netanyahu prevé autorizar la construcción de un centenar de edificios, con un total de unas 500 viviendas, en los asentamientos judíos de Cisjordania donde ya viven unos 300.000 israelíes. El primer ministro israelí hizo saber el viernes que pretendía dar un golpe de acelerador a la colonización en la Cisjordania ocupada antes de aceptar una “moratoria” de varios meses exigida por Estados Unidos para permitir la reanudación del proceso de paz con los palestinos.
Esta nueva ola de construcción en los asentamientos, destinada a contentar al ala más dura de la derecha israelí opuesta al cese de la colonización, fue duramente criticada por la dirección palestina, la Casa Blanca y los europeos. Katz, allegado a Netanyahu, también confirmó que éste pretende asimismo permitir que prosiga la construcción en la docena de barrios israelíes de Jerusalén Este, donde ya vivien 200.000 israelíes, y que se terminen 2.500 viviendas que actualmente están en obras en Cisjordania.
“No hablamos de congelación (de la colonización). No se han solucionado todavía todos los detalles con los estadounidenses”, agregó. Según la radio militar, Netanyahu rechaza la noción de “congelación” de la colonización que ha defendido públicamente el presidente estadounidense Barack Obama y prefiere hablar de “desaceleración”.
El diálogo con Washington proseguirán con la visita del emisario especial estadounidense George Mitchell, prevista a finales de semana. Netanyahu ya se reunió con Mitchell a finales de agosto en Londres. Katz justificó la actitud del primer ministro israelí afirmando que Obama no logró obtener “gestos” por parte de los países árabes a cambio de las concesiones israelíes sobre la colonización.
“El presidente Obama no logró convencer a los países árabes de que hiciesen gestos para favorecer la reanudación de las negociaciones. Arabia Saudita se negó así a autorizar que los aviones israelíes utilicen su espacio aéreo afirmando que tales vuelos habrían desacralizado los lugares santos del Islam”, lamentó el ministro.
Por su parte, el secretario general de La Paz Ahora, el principal movimiento israelí anticolonización, Yaariv Oppenheimer, denunció los proyectos de Netanyahu. “Se trata de una congelación virtual, la construcción en Cisjordania y en Jerusalén Este continuará”, predijo.
El presidente palestino Mahmud Abas juzgó el sábado desde El Cairo que un encuentro tripartito con Obama y Netanyahu sería inútil si éste último acelera la colonización. En el frente político, los comentaristas consideraban el domingo que rechazando una congelación total de la colonización, Netanyahu debería evitar una revuelta en el seno de su partido, el Likud (derecha nacionalista), que podría desestabilizar a su mayoría.