Italia instó a sus reacios socios de la Unión Europea a firmar un plan para repartirse a 40.000 refugiados, mientras la policía francesa desalojó por la fuerza a migrantes que intentaban cruzar su frontera común.
El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, pidió el martes solidaridad con los países de primera línea – Italia y Grecia – mientras decenas de miles de migrantes cruzan el Mediterráneo en busca de asilo en la UE.
Italia está “trabajando para evitar la bancarrota de Europa”, dijo.
Alfano se reunió con ministros del Interior de la UE en Luxemburgo para debatir un plan para la relocalización obligatoria de refugiados procedentes de Siria y Eritrea en otros países comunitarios en los próximos dos años.
Solo unas 10 de las 28 naciones de la UE apoyan el plan, aunque no estén de acuerdo con los cálculos para distrbuir a los refugiados.
La lucha contra la emigración irregular que parte de Libia, la guerra civil en ese país, la adhesión a las políticas de vecindad de la Unión Europea y el avance del yihadismo en el norte de África son los asuntos más destacados, informaron a Efe fuentes diplomáticas.
Mattarella, que también se reunirá con el primer ministro tunecino, Habib Essid, para estudiar la cooperación en seguridad, visitará el Museo del Bardo, en homenaje a las víctimas del atentado yihadista que el pasado 18 de marzo mató a 24 personas, en su mayoría turistas extranjeros.
El presidente italiano confirmará, asimismo, una ayuda de más de 11 millones de euros, la oferta para un crédito de 50 millones de euros y la decisión italiana de transformar 25 millones de euros de la deuda tunecina en proyectos de desarrollo.