“Jalisco es el único estado, que más que la Federación, lo puedo asegurar, ha enfrentando a la delincuencia y seguirá haciéndolo mientras la sociedad nos siga apoyando”, dijo ayer el secretario de Seguridad Pública de la entidad, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, al recriminar la ausencia del Ejército mexicano y la Policía Federal, así como de la policía michoacana, en apoyo contra la emboscada que sus agentes sufrieron en el municipio de Jilotlán de los Dolores, en donde se registró la muerte de nueve uniformados estatales.
Con la participación de familiares de las víctimas, compañeros y autoridades, ayer en las instalaciones de la Academia de Policía se rindió homenaje a los agentes caídos: el primer oficial Andrés Ramírez del Muro, quien ingresó a la corporación el 1 de diciembre de 1983; el policía tercero José Alfredo Alcalá Mendoza, quien inició labores el 16 de abril de 1995; el policía segundo Daniel Pérez Ibarra, ingresado el 19 de abril de 2004; el policía tercero, Francisco Rodríguez Arroyo, cuya integración se registró el 1 de enero de 1994, y el policía tercero Javier Santiago Torres, quien estaba en las filas de la corporación desde el 28 de marzo de 1998.
Asimismo, se honró la memoria del policía de línea Arturo Basulto Benítez, incorporado el 1 de agosto de 1992; el policía tercero Carlos Díaz Martínez, dado de alta el 1 de abril de 1995; el policía César Agustín Cholico Ascencio, registrado desde el 1 de septiembre de 1992, y el policía de línea Luis Antonio Valdivia Montes, incorporado el 1 de noviembre de 2003.
Durante las exequias se percibió a una corporación dolida por la muerte de sus compañeros, y “porque la ayuda de otras corporaciones no llegó”, según aseguraron sus superiores.
“Desafortunadamente, esta dependencia se sintió sola. Ninguna respondió con bastante personal para poder haber ayudado a nuestros compañeros”, lamentó el director operativo de la corporación, Alejandro Solorio Aréchiga.
A su vez, Nájera insistió en el valor de los uniformados que fueron asesinados “por cobardes que se agazaparon en un cerro y que tuvieron que superar en número de diez a uno para poder abatir a un policía estatal”.
Y abundó: “La pared que divide a la sociedad de la delincuencia se está empezando a debilitar. Hoy perdimos a nueve pilares de esa pared”.
Inquieto durante su discurso, lamentó y al mismo tiempo lanzó recriminaciones: “Sé que muchas gentes (sic) piensan retirarse, sé que estamos solos, sé que muchas instituciones prefieren esconderse en sus cuarteles y pensar que no pasa nada; de hace tiempo lo sabemos, de hace tiempo que hemos enfrentado solos los embates del crimen organizado y que llegan al final a pedir datos y a tomar fotos”.
Al mismo tiempo, Nájera reclamó que en algunos medios de comunicación se publique que la delincuencia ya está tocando a las puertas: “¿Quieren que obliguen al gobierno a que pacte? Yo no lo voy a hacer. ¿Qué quieren que hagamos? ¿que nos encerremos en los cuarteles y que las calles se tiñan de rojo, tal vez de delincuentes, tal vez de gente inocente, y cuando nos vayan a preguntar digan que no pasa nada? ¿eso es lo que quieren? Aquí hay nueve ejemplos de la lucha en contra de la delincuencia”.
Mientras tanto, continúa la búsqueda del agente Marcos Díaz Ponce, quien desapareció al concluir el enfrentamiento.