El futbol, en su esencia más pura, es una fábrica de emociones que no entiende de guiones justos. A veces, el héroe regresa a casa para levantar el trofeo y cabalgar hacia el atardecer; otras veces, la historia termina bajo la lluvia, con un penal errado y un silencio ensordecedor. Este diciembre de 2025, la afición del Guadalajara vive el segundo escenario. Javier «El Chicharito» Hernández, el hijo pródigo que volvió para devolver la gloria al Rebaño, ha terminado su vínculo con el club.
No es solo una baja en la plantilla; es el cierre definitivo de un ciclo que comenzó con promesas de amor eterno y terminó con la frialdad de un comunicado de prensa. A continuación, desglosamos las claves de esta despedida que deja un sabor agridulce en el paladar del futbol mexicano.
1. La crónica de una despedida anunciada
La noticia se confirmó la mañana del 11 de diciembre de 2025. El Club Deportivo Guadalajara emitió un comunicado oficial agradeciendo la entrega de Javier «El Chicharito» Hernández, pero confirmando que su contrato no sería renovado para el Clausura 2026. Las palabras fueron respetuosas, reconociendo su estatus de leyenda, pero el mensaje entre líneas era claro: el rendimiento deportivo ya no sostenía el peso del ídolo.
Para el aficionado que creció viendo sus goles en 2010, este momento es un golpe a la nostalgia. Se va el último gran referente de una generación dorada, aquel que nos hizo soñar con que un mexicano podía conquistar Old Trafford y el Santiago Bernabéu. Sin embargo, el futbol presente es implacable, y la directiva rojiblanca priorizó la reestructuración del equipo sobre el romanticismo de mantener a su figura histórica.
2. El penal que rompió el corazón de la nación chiva
Si hay una imagen que quedará grabada como el epílogo trágico de esta segunda etapa, es la del Estadio Olímpico Universitario en los cuartos de final del Apertura 2025. Chivas tenía la oportunidad de oro: un penal en los últimos minutos ante Cruz Azul que significaba el pase a semifinales. Javier «El Chicharito» Hernández tomó el balón, asumiendo la responsabilidad que su gafete y su historia exigían.
El desenlace ya lo conocemos: el balón no entró, Chivas fue eliminado y, con ese error, se esfumó la última oportunidad de Javier de redimirse en la cancha. La crítica fue feroz. No se juzgó al joven que debutó en 2006, sino al veterano que llegó como solución y terminó siendo parte del problema en el momento crítico. Ese fallo no borra su carrera, pero sí define el tono amargo de su salida. Fue el «último baile» que nadie quería presenciar.
3. La realidad de los números: expectativa vs. realidad
El regreso de Javier «El Chicharito» Hernández a principios de 2024 fue catalogado como el fichaje más mediático de la década. Se vendieron miles de camisetas y el Estadio Akron se llenó solo para verlo calentar. Pero el deporte de alto rendimiento no vive de ventas de jersey.
Los números finales de esta segunda etapa son fríos y duros. En casi dos años, disputó alrededor de 40 partidos oficiales, muchos de ellos entrando de cambio, y apenas logró marcar 4 goles. Las lesiones fueron su sombra constante, impidiéndole tomar ritmo competitivo. La afición, que lo recibió como un mesías, poco a poco transformó su esperanza en frustración al ver que la explosividad física de antaño se había ido. Javier «El Chicharito» Hernández luchó contra su propio cuerpo, y lamentablemente, el tiempo ganó la batalla.

4. Un legado que sobrevive a la coyuntura
Es vital, en medio de la tormenta mediática, hacer una pausa y recordar quién es el hombre que hoy se quita la camiseta rojiblanca. Javier «El Chicharito» Hernández no es solo el delantero que falló un penal en 2025; es el máximo goleador histórico de la Selección Mexicana. Es el joven que maravilló a Sir Alex Ferguson, el que anotó goles decisivos en cuartos de final de Champions League con el Real Madrid y el que se convirtió en ídolo en Alemania y Estados Unidos.
Su salida de Chivas duele precisamente por lo grande que es su figura. La nostalgia que hoy inunda las redes sociales no es gratuita; es el reconocimiento a una carrera que puso el nombre de México en lo más alto. Aunque esta segunda parte no fue el cuento de hadas que esperábamos, el capítulo de 2006 a 2010, con ese título de liga y el campeonato de goleo, sigue intacto en la memoria colectiva. La historia juzgará su carrera completa, no solo sus últimos 20 meses.
5. ¿El retiro o una última aventura?
Contrario a lo que muchos especulaban tras la eliminación, Javier «El Chicharito» Hernández no está listo para colgar los botines. Fuentes cercanas al jugador, como el periodista Sergio Dipp, han confirmado que el delantero «quiere seguir jugando» y que el retiro no es una opción inmediata.
El destino apunta hacia el norte. Se habla de ofertas en la Major League Soccer (MLS), una liga que conoce a la perfección tras su paso por el LA Galaxy, donde aún goza de un cartel importante. También se rumorea sobre la posibilidad de la naciente liga de San Diego o incluso un rol diferente en otro club. Lo cierto es que Javier «El Chicharito» Hernández busca despedirse del futbol bajo sus propios términos, anotando goles y sonriendo, lejos de la presión asfixiante que vivió en Guadalajara estos últimos torneos.
Reflexión Final: El ídolo también es humano
La partida de Javier «El Chicharito» Hernández nos deja una lección valiosa sobre la idolatría y la humanidad. A menudo exigimos a nuestros héroes deportivos que sean eternos, infalibles y perfectos. Olvidamos que detrás del número 14 hay un ser humano que envejece, que sufre lesiones y que también falla.
Chivas continuará su camino, buscando nuevos referentes para una nueva generación. Pero el hueco que deja Javier —no en la cancha actual, sino en la identidad del club— será difícil de llenar. Se va el último gran canterano que conquistó el mundo.
Quizás, con el paso de los años, olvidaremos el penal contra Cruz Azul y volveremos a recordar solo aquel gol con la nuca ante el Chelsea o sus festejos eufóricos en el Omnilife. Hasta entonces, solo queda decir: gracias por intentarlo, Javier. Tu leyenda es más grande que un mal torneo.








