Desde que Jennifer Lawrence se convirtió en la superestrella de Hollywood, los estudios empezaron a buscarle competencia y eso mismo le ha permitido ir creciendo como persona, actriz y claro, profesionalmente al saberse competida.
Desde que estrenaron la película Divergente (que aproposito, veala y olvidese de que este comentario siquiera este patrocinado, es una buena pelicula y debe verse), con un tono tan parecido a Los juegos del hambre, Shailene Woodley pasó a formar parte de este juego de la fama, donde sobran las odiosas comparaciones.