A sus 45 años, la neoyorquina de ascendencia boricua Jennifer Lopez sorprendió al público del Hollywood Bowl de Los Ángeles por la manera tan seductora de mover su publicitado trasero, en un duelo musical y anatómico contra la no menos dotada, la australiana Iggy Azalea, de 24 primaveras, en un evento donde cantaron juntas su éxito Booty para recaudar fondos contra el cáncer de mama.
En la celebración del concierto We Can Survive, la fiesta que organizó la CBS Radio la noche del pasado viernes, tanto la Diva del Bronx como la rapera de Sídney no dejaron de tocarse el trasero entre ellas, con una coreografía que no sólo las hizo sudar a ellas sino también a algunos asistentes, sobre todo de las primeras filas, por sus provocadores pasos de baile que para algunos rayan en lo lascivo.
Pese a ser madre de dos hijos y ya rascar los 50, JLo, como también se le conoce a la cantante y actriz latina, sorprendió no sólo por su atrevido baile sino por la candente manera de agitar su trasero ante la mirada atónita de su rubia colega y compañera en el dúo musical.