El presidente de Alemania, Joachim Gauck, de 76 años de edad, declinó hoy presentarse a un segundo periodo al frente de la jefatura del Estado, pues le es imposible garantizar que tenga la energía y fuerza que requiere un nuevo mandato de cinco años.
En una declaración institucional de casi cuatro minutos de duración el veterano político explicó que su edad fue el motivo principal que le llevó a tomar la decisión.
“Tomar esta determinación no ha sido fácil. Un nuevo período de cinco años de mandato requiere una vitalidad y una energía que yo no estoy en disposición de garantizar”, declaró Gauck ante los medios en el Palacio de Bellevue, su residencia oficial.
A sus 76 años, el pastor protestante todavía tiene un año por delante al frente de la jefatura del Estado. Su mandato termina oficialmente en febrero de 2017, momento en el que deberá ser nombrado su sucesor.
Gauck quiso agradecer “de corazón” el apoyo y los ánimos recibidos para que continuase al frente de la presidencia del país al tiempo que quiso enmarcar su decisión en el ámbito de la “normalidad democrática”.
“Nuestro país cuenta con ciudadanos comprometidos y con instituciones que funcionan. El cambio al frente de la jefatura del Estado no es ningún motivo para la preocupación, tampoco en tiempos exigentes o difíciles”, precisó.
Su renuncia a un segundo mandato era fruto de numerosas especulaciones en la prensa del país centroeuropeo desde hace semanas, que ya apuntaba que el veterano político no optaría a una reelección.
Joachim Gauck fue nombrado presidente de la República Federal de Alemania el 18 de marzo de 2012 después de que su predecesor Christian Wulff tuviese que dimitir de su cargo al verse envuelto en un caso de corrupción del que finalmente fue declarado inocente.
Su nombramiento fue acordado por la coalición de democratacristianos y liberales que en aquel momento gobernaba el país y los entonces partidos de la oposición Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y Los Verdes. Tan solo el partido La Izquierda y el partido de extrema derecha Partido Nacional Democrático (NPD) apostaron por aquel entonces por un candidato propio.
La renuncia de Gauck supone un nuevo dolor de cabeza para Angela Merkel, quien tendrá que buscar un nuevo candidato de consenso a finales de febrero del próximo año, tan sólo medio año antes de las elecciones federales.
La legislación alemana contempla para el presidente del país hasta un máximo de dos mandatos de cinco años cada uno. Su elección corre a cargo de la Asamblea Federal, un órgano mixto del parlamento alemán (Bundestag) y de miembros de los parlamentos regionales.
Numerosas personalidades de la política alemana agradecieron a Gauck su labor al frente de la jefatura del Estado una vez se conoció que no optaría a un segundo mandato.
El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, apuntó que Gauck con su alta integridad moral había devuelto el honor a la presidencia.
La jefa del grupo parlamentario de los Verdes en el Bundestag, Katrin Göring-Eckardt, dijo que le hubiese gustado que Gauck permaneciese en su cargo otros cinco años más y recalcó que la tarea más importante para los próximos años en Alemania es mantener cohesionada la sociedad del país.
Gauck, pastor protestante y ex jefe de documentación de la Stasi, es una figura muy respetada por todas las fuerzas políticas del país por su perfil independiente y por ser gran amigo del consenso.
Una vez conocida su decisión, los medios de comunicación alemanes hacen ya sus quinielas de cara al futuro.
Entre los posibles candidatos a suceder al pastor protestantes citan al actual presidente del Bundestag, Norbert Lammert, al ministro de Finanzas, Wolfgang Scháuble o a su colega de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.