Las movilizaciones que se organizaron en estos días en Morelos, contra el gobernador Graco Ramírez tienen origen, por una parte, en el real clima de inseguridad que desde hace muchos años afecta al estado de Morelos, pero que no es tanta su culpa puesto que durante sexenios anteriores los gobiernos no solo demostraron su incapacidad para enfrentar el problema de la seguridad, sino también se creo en Morelos una estructura de complicidades protegiendo a los integrantes de bandas del secuestro.
Pero muchos de los organizadores de la marcha del pasado martes son también parte de un movimiento impulsado por el exgobernador Jorge Carrillo Olea y otros priistas locales que no cuentan, siquiera, con el respaldo de su partido y que ya están llevando a Jorge Schiaffino Pérez, dirigente estatal del PRI en transcisión puesto que esta mas dividido que una piza en 400 pedazos y fue destacado desde el DF a poner orden en Morelos; a una espiral de intereses propios y personales que simplemente estan ahogando al tricolor en vendettas que nadie olvida.
En fin, el general Carrillo Olea, que fue destituido en abril de 2000 de su cargo a través de un juicio político luego de que se documentaran un sinfín de irregularidades, se equivoca al tratar de revivir una venganza, aunque ya es problema de Gabriel Mancera puesto que informo en carta al gobernador que mudaría su residencia, olvida que la gente común en Morelos NO olvida.
El propio Carrillo Olea sera victima de su venganza, ya que también está reviviendo las historias que ocultó por años. Y éstas aparecerán para muchos como fantasmas del pasado tricolor en Morelos que quieren ocultar, pero que simplemente no pueden borrar de un plumazo o una marcha.