Por Rodrigo â??Dr. Nieblaâ? Castañeda
Tengo que admitirlo, aunque no he leÃdo nunca el Quijote las historias de caballerÃa me encantan. No sé bien qué sea, a lo mejor es dar un paseo por la infancia, ya saben, aquellas pelÃculas de caballeros o bárbaros, como Excalibur, Conan, Krull, El secreto de Aquila, El Señor de las Bestias, o recordar libros como El Señor de los Anillos o Las Crónicas de la Dragonlance; el caso es que ese tipo de historias me atrapa.
Esto se los comento porque hoy voy a recomendar un juego que a lo mejor a muchos no ha llamado la atención, pero que si ustedes crecieron viendo o leyendo esos libros y esas pelÃculas, no podrán evitar divertirse jugando Fable III.
La serie de Fable es de esas que ya se pueden catalogar como â??juegos de autorâ?, pues el diseñador en jefe del proyecto es Peter Molyneux, a quien ya conocemos y seguimos por otros juegos como: The Entrepeneur â??un juego de simulación de negocios, que alguna vez jugué en un concurso del Tecnológico de Monterreyâ??, Populus, Dungeon Keeper y Black & White, este último un juego muy interesante, cuyo costo de seis millones de dólares pagó Molyneux en su totalidad y con ello marcó el inicio de Lionhead Studios, su compañÃa de desarrollo de videojuegos.
Cuando en el 2006 Microsoft compró Lionhead, la compañÃa publicó el primer juego de la serie Fable, un juego de aventuras en un set fantástico y medieval, donde el valor agregado estaba en la posibilidad de hacer cosas buenas o malas y que estas afectaran no sólo la historia, sino cómo se iba viendo el personaje, de tal suerte que si uno hacÃa puras cosas buenas comenzaba a brillar, mientras que si hacÃa cosas malas le salÃan cuernos, cola u algún otro rasgo grotesco. El tema musical del juego fue compuesto por Danny Elfman.
En esa primera entrega conocimos el mundo de Albión, un mundo que, al igual que el personaje, irÃa cambiando con los siguientes tÃtulos, de tal suerte que en Fable II reconocemos un Albión que va dejando atrás la era oscurantista del primer Fable, para incluir en su modo de juego factores como las artes y el comercio, este último utilizando los principios del The Entrepeneur.
Para Fable III, Albión ha avanzado más en el tiempo y nos encontrarnos en la era industrial del continente. Fábricas, máquinas de vapor y armas de fuego son algunas de las cosas que ha traÃdo la industrial, asà como también la explotación de la clase trabajadora â??más en el sentido de las novelas de Dickens que de los tratados de Marxâ??, la deforestación de muchos de los bosques de Albión y el abuso de poder.
La trama bien podrÃa ser digna de una novela de Dickens también. El protagonista es un joven prÃncipe que vive en el castillo de su hermano, Logan, quien es el rey de Albión, pero que de un tiempo a la fecha se ha vuelto un gobernante desalmado, que organiza de cuando en cuando purgas para â??desecharâ? a todos aquellos que estén inconformes con su régimen. Cuando, en una de tantas manifestaciones, Logan arresta a la novia del prÃncipe y lo hace decidir si quiere que la mate a ella o matar a los aldeanos, comienza una historia de venganza y revolución en la que, al igual que en los Fable pasados, cada decisión ética y moral que uno tome irá forjando la trama.
Una de las cosas que hacen al Fable III un gran juego son sus escenarios, que parecieran estar pintados a mano y ser la ilustración de algún libro de fantasÃa. Lo mejor es que muchos de estos lugares en Albión los conocemos de los juegos anteriores, por lo que son reconocibles, aunque su aspecto ha cambiado a causa de la era industrial que vive ahora el continente.
La historia, a diferencia de los tÃtulos anteriores y de otros juegos de Molyneux, es más elaborada, con tintes más polÃticos, lo que hace que las decisiones que uno tiene que tomar durante el juego sean un poco más complicadas y, por lo tanto, nos comprometen más con la historia propuesta.
Si jugaron los anteriores â??si no lo han hecho también los recomiendo, aunque a estas alturas jugar el primer Fable es como leer el Hobbit después de leer El Señor de los Anillosâ?? se sorprenderán de cómo mejoraron el sistema de combate, haciéndolo más sencillo, intuitivo y fluido.
Pero la razón por la que he estado pegado al Fable III durante todas estas vacaciones es por las pequeñas cosas que puedes hacer en él.
De entrada el sistema de negocios es muy interesante, puedes dedicarte al comercio y vender mercancÃas de pueblo en pueblo, siempre estando al tanto de la oferta y la demanda, pues en pueblos donde escasea un artÃculo podrás obtener una mayor ganancia.
También puedes dedicarte a los bienes raÃces si vas comprando casas por todo Albión y las vas reparando, ajustas la renta de cada uno de tus inmuebles, desalojas a los inquilino que no paguen lo que quieres, etc., puedes dejar el camino de la revolución y volverte un magnate, asà de sencillo.
Por otro lado están todas las simulaciones sociales, en las que a través de gestos que vas ganando a lo largo del juego, puedes hacer amigos o que la gente te odie. Incluso puedes tener relaciones sexuales en el juego â??aunque no se ve nada, pues eso ya serÃa muy pervertidoâ??, con una o varias parejas, sólo que debes de conseguir, ya sea comprando o robando, los condones, de lo contrario una enfermedad sexual o un embarazo no deseado pueden darle la vuelta a tu juego.
Mejor que el Fallout New Vegas y con mucho más que ofrecer que otros tÃtulos que salieron esta temporada, Fable III es un juego para disfrutarse en grande, lo único que recomiendo es jugarlo con tiempo, porque dura un buen rato y atrapa, asà que es ideal para esos dÃas en los que no se tiene nada mejor que hacer.