Luces multicolores que iluminan el cielo, acompañadas de un rimbombante estruendo, representan el orgullo de los pirotécnicos del municipio de Tultepec, quienes crean diversas obras de arte a través de fuegos artificiales.
Desde la simpleza de los ratoncitos, cometas, varitas, paloma de luz, hormiguero y ovni, hasta el torito y el elaborado castillo, los fabricantes de juegos pirotécnicos de ese ayuntamiento mexiquense, echan a volar su imaginación para brindar un producto con los más altos estándares de calidad y seguridad.
Y es que, la pirotecnia es un trabajo que enorgullece a los artesanos de Tultepec, pues los productos que elaboran son comercializados en varios estados de la República, y es un negocio del que dependen muchas familias de la región.
El arte de elaborar juegos pirotécnicos se arraigó en dicho zona en el siglo XIX, y desde entonces, es una de las bases económicas de la localidad e identidad municipal.
César Hernández, fabricante de castillería y toritos, es uno de los artesanos que realiza su trabajo con entusiasmo y creatividad, su mercancía ameniza diversos tipos de eventos sociales, y en las celebraciones patronales “son el alma de la fiesta”.
Para hacer un castillo es necesario ser un buen dibujante -afirma- ya que todo inicia con un diagrama de lo que el cliente quiere, y después se le da forma en una estructura metálica.
En su taller, y con varios de sus trabajadores en acción, César Hernández explica que la figura metálica se rodea con unos tubos de cartón llenos de pólvora y otros materiales, lo que va a ser la luz, que al momento de quemar el artefacto, se verán de diferentes colores.
Posteriormente se les pone la mecha, y se transporta hasta el lugar donde se va a quemar. Ahí se arma el castillo, pues estos artefactos son de gran tamaño y se miden en cuerpos.
“Los hay desde 10 metros, que es la medida de la que partimos, ya de ahí empieza, hay castillos de 12 metros o 13, aquí lo manejamos como cuerpos”, detalló, e indicó que el más grande es de seis cuerpos, lo que equivaldría a 35 metros.
Sobre el costo, indicó que depende del tamaño y de la cantidad de explosivos que tenga, mientras que el tiempo de fabricación va desde una semana, para el más pequeño, hasta un trimestre, para uno con más detalles y mayor tamaño.
Para un torito, que es un artefacto más pequeño que el castillo, se sigue el mismo procedimiento, sólo que su trabajo es más artesanal y con materiales más sencillos, como el carrizo y papel, y se lleva de uno a dos días para hacerlo, resalta Hernández.
El precio de un torito va de los 200 pesos a los 600, pero muchas veces depende de cómo lo pida el cliente “estamos al alcance de todos los bolsillos, nos acoplamos a cualquier presupuesto”, señaló.
Para fabricar los castillos y toritos, el artesano mexiquense tiene proveedores de la materia prima que utiliza, como el cartón, mientras que los materiales controlados, como el silicato, clorato de potasio y salitre, los adquiere en negocios autorizados por la Sedena.
Explica que para quemar los artefactos es necesaria una licencia del municipio, el cual lleva a la Zona Militar que le corresponde, y cuando es el día de la quema, “vienen a verificar lo que llevas”.
También Protección Civil otorga un permiso para poder quemar, y está presente en el acto con ambulancias y extintores.
César Hernández, quien tiene 35 años como pirotécnico, está presente en todo el proceso de fabricación del castillo, hasta su quema, acción que él mismo realiza, y para lo cual hay ciertas medidas de seguridad.
“Si tienes un castillo de 20 metros, debe haber 20 metros de espacio, por si cae, no lo hará en un puesto, casa, carro o público”. Asimismo, se acordona la zona de trabajo con cinta. Con esto concluye su trabajo, que enmarca el inicio o final de una festividad.
Tultepec es el municipio en donde hay más pirotécnicos, pues aquí está el 30 por ciento de los productores de castillos y 70 por ciento de juguetería, por lo que la localidad es considerada la capital de los fuegos artificiales en México, señala el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (Imepi).
Alexis Romero Santiago, ayudante de fabricante de juguetería, lleva tres años elaborando los cometas o ratoncitos, proceso que inicia con la mecha, para después sumergirla en aluminio.
Después se hace el blanqueado con un material que se llama blanco de España, y luego de pinta de diferentes colores, para posteriormente ponerlos a secar a la luz del sol.
Se trata de pirotecnia para niños, ya que es inofensiva y se divierten “porque casi no quema”, explica.
Subrayó que septiembre y diciembre son los meses en los que más fabrican el producto, ya que realizan entre 400 y 500 millares diarios, mientras que en el resto del año, elaboran entre 100 y 200 millares.
Dicho producto lo comercializan en 35 pesos por millar, por lo que es uno de los más económicos y accesibles, además de populares del mercado.
Reyes Roberto Vázquez Cortés, fabricante de bombas, señala que se requieren módulos de elaboración, materia prima, y vigilancia de producto terminado como requisitos mínimos y básicos para que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) les otorgue un permiso.
También les pide, indicó, que su taller esté cercado y delimitado por una malla, y que haya una distancia entre los módulos mencionados de 25 metros, así como tener palas y extintores, por mencionar algunos.
Vázquez Cortés, quien lleva en la pirotecnia más de 30 años, comenta que una vez que tienen la licencia, elementos de la Sedena realiza inspecciones trimestrales en los que efectúa un balance del material entre lo que se produce y se consume.
“Si no coincide lo que tienes y lo que trabajas, te pueden revocar el permiso o te multan, siempre debe haber un control de la materia prima y el producto terminado”, refirió, al tiempo que abundó que todos los fabricantes están de acuerdo con dichas medidas de seguridad, ya que les da confianza.
Sobre su trabajo, la elaboración de bombas, indicó que aprendió el oficio de diferentes fabricantes, y señalo que debido a la presencia de productos chinos, se han mermado sus ventas en casi 30 por ciento.
Entre las innovaciones que ofrece, destaca el piromusical, que es la quema de fuegos artificiales con efectos luminosos a ritmo de música, a través de la programación por computadora.
Luis Reyes Rodríguez Romero, locatario del Mercado de Artesanías Pirotécnicas San Pablito, señala que el ratón o cometa, cohete blanco, buscapié y silbatos, son los productos que mejor venta tienen, pues muchos niños los adquieren.
Con un dejo de orgullo, resaltó que el abejorro es uno de los inventos que han dado los artesanos de Tultepec a los juegos artificiales, el cual enciende a través de un mecanismo de tres tiempos y lanza luces llamativas.
En su mostrador y rodeado por diversos productos que comercializa, Rodríguez Romero detalló que para operar también requiere un permiso de la Sedena, e indicó que al igual que los fabricantes, deben cumplir con un balance y revalidación cada tres meses.
Por cuestiones de seguridad, el Imepi les da cursos antes de cada temporada, por lo que él está capacitado en primeros auxilios y “para un caso de contingencia”.
En Tultepec se celebra cada año en el mes de marzo la Feria Nacional de la Pirotecnia, enmarcado, desde luego, por la quema de toritos, castillos y otros artefactos que dan brillo a la noche en diversas plazas del país.
Gracias a su trabajo, los fabricantes de pirotecnia tultepenses han alcanzado prestigio y reconocimiento en México, por lo que esta tradición continuará, pese a los obstáculos que se presenten.