Las primeras lluvias de junio traen humedad a la tierra sedienta después de un largo estiaje y unos días de esparcimiento a las familias que se alistan para la captura de las hormigas “chicatanas”, insectos voladores altamente preciados en la gastronomía oaxaqueña.
La presencia de las hormigas voladoras tarda apenas un par de días al año, por lo que su valor en el mercado se cotiza el kilógramo por arriba de los mil 500 pesos en las regiones de la Costa y del Valle de Oaxaca.
Al igual que los chapulines, se pueden preparar en salsa o ingrediente principal de un guisado, pero lo más común es consumirlas asadas al comal aderezadas con sal de chile y con limón.
Angustia Torres Díaz, de la comunidad de José María Morelos, de Santa María Huazolotitlán comenta que al igual que en las comunidades indígenas en esta localidad afromexicana de la Costa de Oaxaca, las “chicatanas” son parte de los platillos propios del mes de junio.