La venta de Chrysler peligra (o así desean hacer ver).
Y es que la petición de no realizar y aprobar la venta a Fiat por parte de un inversionista de Oklahoma, tiene razones entendibles.
¿Que ocurre?
Bien, sucede que la venta a Fiat llevaría a efectos el que socios e inversionistas simplemente perdieran todo lo que en la firma tenían, por ello antes de la declaración de quiebra se llevo a cabo la serie de encuentros para pactar los términos de negociación que pudiera llegarse entre Chrysler y la próxima administración.
Una administradora de fondos en Oklahoma a solicitado a la corte de Estados Unidos no apruebe la venta a Fiat ya que vería desaparecidos 64 millones de dólares y una promesa de hasta 6400 de préstamos e inversiones.
Esto, no solo afecta a la firma y los ahorradores en ella por los 64 millones de dólares perdidos, sino también por ver evaporada la promesa de negocio que traería declive en los rendimientos proyectados a dicha firma y ahorrados de la misma en el futuro lo que le haría muy dudosa en su futuro quizá, yéndose a quiebra.
Pero, como se dice en derecho, dura lex sed lex, si se hicieran estas diferenciaciones en el trato a empresas de parte de la ley, que pena, el derecho seria discrecional.