Díganme sino es desverg¸enza.
La vida del país dio un emblemático paso cuando vio que su voluntad política, fue respetada al sacar al partido revolucionario institucional, de los Pinos.
Pero la carrera por democratizar el país, parece se detuvo.
¿Porque?
Los sindicatos no dan paso sin huarache.
Y vean esto, a la maestra Elba Esther Gordillo, llegada al cargo según ella por trabajo e intereses ante los abusos de Jongitud Barrios, llego al cargo desde poco después del arribo a la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
Eso ya tiene unos 18 años.
Y no conforme con eso, fíjense que a las secciones sindicales leales a ella les ha regalado el fin de semana pasado, un Hummer de medio millón de pesos; así es como se “conservan” los acuerdos, que sencillamente dan poder político.
No hay verg¸enza, en serio.
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